Crecer es sinónimo de transformar los baches en oportunidades. Una destreza que la industria de gestión de activos ha sabido aplicar tanto para afrontar las consecuencias de la crisis como para emprender el camino hacia la recuperación. Pero, una vez superados los momentos más complejos, lo cierto es que el futuro tampoco está exento de retos: las políticas de bajos tipos de interés han reducido la rentabilidad de la actividad, a lo que se añade unas exigencias cada vez más estrictas por parte de los supervisores y la propia necesidad de generar capital para afrontar nuevas inversiones. Sin embargo, el sector del Asset Management “ha mejorado sus procesos operativos y encontrado nuevas formas de relacionarse y ofrecer valor”, tal y como señaló Juanjo Cano, presidente de KPMG en España, en el XII Encuentro Financiero organizado junto al diario Expansión, en el que todos los ponentes coincidieron en la fortaleza y buenas previsiones de esta industria.
Sobre la capacidad de seguir creando nuevas oportunidades para generar rentabilidad a partir de lo que a priori se presenta como un reto, Juanjo Cano también señaló como una de las grandes opciones la inversión alternativa. “Este tipo de inversión aporta retornos muy por encima del mercado en momentos de alta volatilidad e incertidumbre, como los que estamos atravesando”, apuntó el presidente de KPMG en España.
Especialmente en España, donde el mercado de la gestión de activos es muy inferior a la media europea, esta tiene un amplio margen de desarrollo ya que “está habiendo mucha actividad por parte de inversores institucionales y estamos viendo un gran apetito por este tipo de activos”, subrayó Javier Muñoz Neira, socio responsable de Asset Management Services de KPMG en España.
También destacó el potencial de este tipo de inversiones Javier Dorado, CEO de JP Morgan, quien hizo hincapié en que “el entorno actual favorece la inversión alternativa porque es una forma de añadir mayor rentabilidad a la cartera y de diversificarse”. Coincidió con él Aitor Jáuregui, CEO de BlackRock España, quien incidió en su apuesta por la diversificación y subrayó “el rol creciente de los mercados privados, que están teniendo cada vez un mayor papel en la financiación de proyectos”. En Estados Unidos, el 20% de la financiación proviene de las entidades bancarias, mientras que el 80% tiene su origen en los mercados de capitales. “En Europa, es al revés y creemos que esto tenderá a converger”, aseguró Aitor Jáuregui.
La oportunidad que representa la inversión alternativa fue compartida por todos los ponentes, pero también coincidieron en que el futuro presenta algunos desafíos que merecen atención. Todo apunta a que las variables que se han vislumbrado en los últimos meses van a tener continuidad: las demandas de los ciudadanos con respecto a la contribución de las empresas en los retos comunes son cada vez más exigentes y la incorporación de tecnología y de nuevas capacidades requieren de desembolsos importantes, al tiempo que los bancos centrales mantienen una actitud prudente en sus políticas monetarias.
Sin embargo, hay que tener en cuenta también que el plan de emergencia impulsado como consecuencia de la pandemia acabará por desaparecer, por lo que “habrá que ver si los beneficios empresariales siguen al alza cuando remita el impulso de los bancos centrales”, según apuntó Miguel Artola, director general de Bankinter Gestión de Activos.
A este escenario se une también el repunte de la inflación, que ha generado preocupación en el sector, aunque los pronósticos, como el que compartió Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, en la primera jornada del encuentro, apuntan a que será transitorio y tenderá a estabilizarse. Más concreto fue Luis Megías, consejero delegado de BBVA AM, quien estimó que “en la primavera del año que viene se estabilizará, aunque la cuestión ahora es en qué punto”, señaló.
Pero a la preocupación por la inflación se une también la COVID-19, un asunto que, si bien hasta hace poco no resultaba excesivamente preocupante, los últimos datos y la aparición de nuevas variantes han hecho que el sector vuelva a dirigir la mirada hacia él. Sin embargo, Luis Megías asegura que “a nosotros no nos cambia la visión porque hay que comprobar si esta variante va a estar cubierta o no por las vacunas. En ese caso, es evidente que tendría un impacto en el PIB del año que viene porque se retrasarían los efectos positivos previstos, pero los mercados tienen la vista puesta ya en otra cosa”.
Sobre las perspectivas de futuro también habló Rodrigo Buenaventura. El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) destacó el buen estado del mercado de valores y su excelente respuesta a la crisis. Y, de cara al futuro, expresó su apuesta por potenciar la atracción tanto de un mayor número como de mayor variedad de inversores, incluyendo institucionales y minoristas. También se mostró a favor de la entrada de nuevos modelos de negocio, aunque quiso advertir del riesgo que suponen los neobrókeres, cuyo modelo de negocio se basa “en el desarrollo tecnológico que hace más accesible la participación directa de inversores minoristas en el mercado, pero que en ocasiones incurren en una práctica denominada pago por flujo de órdenes y que consiste en recibir comisiones de terceros a quienes llevan las operaciones de sus clientes, mientras se promocionan como gratuitos”.
A pesar de que el entorno y las circunstancias se encuentran en constante cambio, si hay algo que seguro va a seguir siendo una tendencia y el camino a seguir es la importancia de la sostenibilidad, el buen gobierno y la vertiente social, también en las inversiones. Una apuesta que no solo viene impulsada por una tendencia social que va en aumento, sino que también la regulación está introduciendo una mayor exigencia a este respecto, con la taxonomía UE y el reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés) como claro impulso a la inversión sostenible.
Como señaló Juan Aznar, presidente de Mutuactivos, “sin el tsunami de regulación que estamos teniendo es muy difícil pensar que la sostenibilidad se hubiera incorporado tanto y tan rápido como lo ha hecho”. Por su parte, Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, lo aterrizó a los datos: “en España, contamos con algo más de 1.500 fondos de inversión, de los que actualmente solo 154 incorporan algún criterio de sostenibilidad, los cuales representan sobre el total de patrimonio bajo gestión más o menos un 17,4%”.
Por lo tanto, lo que se plantea ahora es si este escenario coincidirá o no con el de dentro de uno o dos años. Alfonso Figal, socio de FS Consulting de KPMG en España lo tiene claro: los criterios ESG se han convertido en un must “y se han establecido ambiciosos objetivos en esta materia. Los acuerdos alcanzados en la COP26 son un buen ejemplo de ello y los fondos europeos suponen una oportunidad única”.
Pero las gestoras de activos deben dar un paso más allá y apostar por trasladar la importancia los criterios sostenibles en las inversiones también a sus clientes, tal y como señaló Marta Marín, consejera delegada de Amundi: “debemos aportar soluciones a nuestros clientes para que ellos apliquen los criterios en sus operaciones. Es clave para nuestra estrategia”. Por su parte, Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas AM España y Portugal, destacó la importancia del voting y el engagement. Es decir: que sea una decisión estratégica y que integre una administración responsable. “Hemos votado en un 90% a favor de iniciativas para la lucha contra cambio climático”, señaló Sol, quien añadió que también hay que hablar con las empresas, gobiernos y participantes en el mercado para establecer un diálogo y un compromiso en este sentido.
Además de la inversión con criterios ESG, hay otro factor que ha despuntado especialmente en los últimos años y con mayor intensidad en los últimos meses. Y es que la tecnología y el análisis de datos están teniendo sin duda un papel protagonista en la transformación que atraviesa la economía. En este sentido, Miguel Ángel Sánchez Lozano, CEO de Santander AM, destacó que el proceso de reorganización y mayor eficiencia de la gestión de datos implica grandes inversiones, pero “no solo en tecnología sino también en las personas que realizan este trabajo”. Incidió en la importancia de apostar por ello ya que la tecnología cubre las dos vertientes, tanto la toma de decisiones como la parte de gestión interna, sin olvidar el servicio a los clientes.
En definitiva, no son pocos los retos a los que se sigue enfrentando un sector que ha demostrado que puede seguir haciendo gala de su resiliencia y su capacidad de integrar las tendencias que ha acelerado la pandemia, transformándolas en factores de crecimiento con la mirada puesta en seguir generando rentabilidad.
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