África unida, tierra de oportunidades

A pesar del ébola o de la bajada en los precios del petróleo, África continúa su avance como una de las áreas del planeta con más y mejores oportunidades. Las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sitúan el crecimiento económico de la región subsahariana en una media del 4,5% para 2015 y del 5,1% para 2016, unas cifras que superan con creces a las de las economías avanzadas (2,4% para este año y el próximo) y que se acercan a las de las emergentes y en desarrollo en Asia (6,6% y 6,4%, respectivamente).

En el complejo mapa del continente, destacan Nigeria y Sudáfrica como principales potencias subsaharianas, aunque las estimaciones para el PIB de uno y otro país son dispares: 4,8% y 2,0%, respectivamente, para 2015; y 5,0% y 2,1% para 2016. En la región oriental sobresalen países con previsiones de crecimiento por encima de la media, como Kenia (6,9% en 2015 y 7,2% en 2016) y Etiopía (8,6% en 2015 y 8,5% en 2016). Pero el norte de África no se queda atrás: para Marruecos y Egipto se estiman cifras de entre el 4 y el 5% para los próximos dos años.

“En el continente africano destaca la gran diversidad entre regiones, especialmente las que separa el desierto del Sáhara”, comenta Antonio Hernández, socio responsable de Estrategia Energética e Internacional de KPMG en España. “A pesar de esta heterogeneidad,” -continúa- “los intentos de unidad e integración de los estados africanos no han sido en vano: la Unión Africana, nacida para la cooperación política y el desarrollo del continente y compuesta por la totalidad de estados africanos excepto Marruecos, evidencia estos esfuerzos”.

Más allá de los intentos de cooperación política, el continente ha dado pasos en las últimas décadas en la eliminación de barreras comerciales entre los Estados. En 1975 se creó la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) y, más recientemente, en 1994, el Mercado Común de África Oriental y Austral  (COMESA), con 19 miembros y una población agregada de más de 470 millones de personas.

Siguiendo con esta línea, el pasado 10 de junio entró en vigor la nueva Zona Tripartita de Libre Comercio (TFTA, por sus siglas en inglés) entre los 26 países que forman parte de la Comunidad Africana Oriental (CAO), la Comunidad de Desarrollo del Sur de África (SADC) y COMESA, con tres pilares fundamentales: la integración del mercado, el desarrollo de infraestructuras y el impulso industrial. El acuerdo supone la creación del mayor corredor de libre comercio africano, que recorre la parte oriental del continente de norte a sur con un total aproximado de 625 millones de personas y que concentra más de la mitad del PIB continental.

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“El TFTA puede ser un excelente precedente para consolidar los planes de la Unión Africana de formar una zona de libre comercio común, prevista para 2017”, comenta Antonio Hernández. “Si todos los estados de la Unión Africana unen sus esfuerzos en la eliminación de barreras comerciales, tal y como está previsto, supondría un hito histórico en la cooperación política y comercial del continente y se traduciría en la creación de uno de los mayores mercados mundiales, cambiando el rumbo futuro del comercio internacional”, puntualiza.

El experto asegura que la creación del TFTA y el potencial diseño de un área de libre comercio continental de la Unión Africana pueden suponer un relevante impulso para la actividad española en África, “en la medida en la que estos acuerdos de integración podrían traducirse en una mejora del entorno empresarial y de las infraestructuras, una mayor apertura a la inversión extranjera directa y, en definitiva, un acicate para el desarrollo de las economías africanas”, comenta.

Para Antonio Hernández las principales oportunidades a corto y medio plazo se concentran, en líneas generales, en los ámbitos de la cooperación al desarrollo; las infraestructuras de transporte, energía y agua; la construcción; y los Fast-moving consumer goods. Eso sí, el experto de KPMG matiza: “el mercado africano es muy complejo, por lo que resulta indispensable contar con un asesoramiento no sólo desde España sino también local que permita minimizar los riesgos inherentes a la actividad en estos países”.

La relación de las empresas españolas con el continente no ha dejado de avanzar en los últimos años: las exportaciones se han incrementado un 147% en los últimos diez años y son ya más de 46.000 las compañías españolas que exportan. Por otra parte, mientras que la inversión extranjera total en el área aumentó un 65% en el último año, las inversiones españolas lo hicieron en un 77%, pasando de 94,9 millones de euros en 2013 a 168 millones en 2014.