La banca como parte de la solución

La banca, en esta crisis pandémica, no ha sido el problema, sino la solución. Su solvencia y su gestión de las ayudas han permitido la salvación de miles de negocios y empleos mediante una histórica inyección de liquidez que ha permitido apuntalar el edificio. El reto en los próximos meses es acompañar a la economía en el gran proceso de recuperación.

Dividendos, rentabilidad, digitalización y sostenibilidad han sido las palabras más escuchadas en el XI Encuentro del Sector Financiero, organizado por Expansión y KPMG, en donde planeó durante toda la jornada la sombra de las nuevas fusiones bancarias, alimentada por la presencia simultánea de los CEO de Sabadell, BBVA, Santander, CaixaBank, Bankia y ABANCA.

“Los bancos han sido parte de la solución y en absoluto parte del problema” (Francisco Uría,

Socio Responsable de Sector Financiero en EMA y socio principal de KPMG Abogados)

Durante estos meses la banca ha hecho un ejercicio de ejemplaridad, parafraseando a Javier Gomá, con el ofrecimiento de moratorias, la colocación en más de 800.000 operaciones de las líneas de financiación de los créditos ICO y las medidas de prudencia y provisionamiento ante el previsible incremento de la morosidad. La maquinaria bancaria ha funcionado como un reloj. Así lo subrayan todos los actores del sector financiero.

Como indicó Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, “en un contexto marcado por la falta de certezas, el sector financiero está demostrando la fortaleza adquirida en los últimos diez años, desempeñando un papel crucial en el mantenimiento del tejido empresarial y, por ende, de la actividad económica y el empleo”.

Se podría decir que el primer capítulo de la crisis, de pura resistencia, se ha completado. Ahora llega la hora de la creatividad. La banca, subrayó Hilario Albarracín, está llamada a ser una de las protagonistas de la transición energética y de la digitalización de la economía, los dos ejes de la recuperación planeada por Bruselas. Como apuntó el CEO de BBVA, Onur Genc, “los bancos son los agentes que jugarán el rol de distribución de los fondos europeos”. Francisco Uría también sostuvo esa idea.

“El sector necesita plantearse su modelo operativo: redes de oficinas, automatización, IA y externalización de algunos de sus servicios, para maximizar los costes de explotación”

(Hilario Albarracín, Presidente de KPMG)

¿Por qué los bancos serán los canalizadores de las ayudas? Por su capilaridad, conocimiento experto y capacidad de análisis de la viabilidad de los proyectos, explicó José María Méndez, director general de CECA. Completarán, además, los fondos europeos con sus propias líneas de financiación. Según Ana de la Cueva, secretaria de Estado de Economía, en este plan de recuperación, “por cada euro público se movilizan 4 del sector privado. Y es fundamental la participación del sector financiero”. “Garantizamos granularidad, efectividad y objetividad”, señaló José María Roldán, Presidente de la AEB.

Al borde del acantilado

¿Cómo será la recuperación? Incierta, incompleta y desigual. Pero llegará. Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, trajo a Madrid las perspectivas económicas para la Eurozona, con una previsión de caída del 8% del PIB y la persistencia de una inflación negativa, empujada por las rebajas del IVA en algunos países.

La salida de la crisis será desigual tanto en territorios como en sectores. Y buena parte de la responsabilidad tiene que ver con la forma de gestionar y superar la pandemia. “Los países que están comportándose mejor son los que disfrutan de instituciones más sólidas y una mejor gobernanza”, recordó el exministro de Economía. Así que vivimos “una evolución asimétrica”. Sin olvidar el impacto del Brexit, citado por los ponentes como un fantasma que recorre Europa sin que le hayamos hecho mucho caso.

“Cuando la incertidumbre es muy elevada,

se necesita que la política económica sea muy predecible.

Evitar el efecto precipicio es básico”

(Luis de Guindos, vicepresidente del BCE)

Esa diversificación geográfica, apuntada por De Guindos, paradójicamente juega a favor de la banca. “Nosotros siempre hablamos de 10 mercados y tenemos situaciones muy diferentes. Es claramente positivo para el Santander, dijo en el foro su consejero delegado, José Antonio Álvarez.

La respuesta ha sido fiscal (“la primera línea de defensa”, la llamó De Guindos), con los ERTE, las garantías públicas y las facilidades para el flujo de crédito. Y monetaria, proporcionando liquidez en muy buenas condiciones a la banca.

Aun así, habrá un desplome del 8% del PIB en la zona euro. En España cerraremos el año con una caída del 11,2%, según el Gobierno, que podría haber sido del 25%, como subrayó en el foro Ana de la Cueva.

“Es de vital necesidad que la retirada de los estímulos se vaya produciendo de forma pausada y aquilatada a la evolución de la crisis y la pandemia. Acompasada con la evolución económica”, concluyó De Guindos, dando así el gran titular a la jornada.

Los tipos de interés seguirán en negativo hasta 2031

La baja rentabilidad del sistema bancario europeo preocupa al BCE. Según Luis de Guindos, el retorno de capital era del 5% en el último trimestre de 2019 y ahora roza el 2%. La crisis ha conducido al incremento de provisiones y ha acelerado la caída de los ingresos en el sector.

“No es un tema baladí -explicó el directivo del BCE. Impide ir al mercado de capitales, dificulta la generación de capital orgánicamente y puede llevar a que las provisiones sean insuficientes”. De ahí que, como primera medida correctora, sea necesario reducir costes y, como consecuencia, se produzcan procesos de consolidación.

Como apuntó Francisco Uría, socio responsable del Sector Financiero en EMA y socio principal de KPMG Abogados, la banca de la zona euro partía con fortalezas, como las ratios de solvencia y liquidez, pero sufre por la baja rentabilidad y la valoración en Bolsa, donde ya cotizaba por debajo de su valor en libros incluso antes de la pandemia. “Hay un exceso de capacidad instalada”, afirmó Francisco Uría, más acusado en Europa Central que en España, y tampoco la digitalización ha producido los dividendos esperados en forma de mejoras de la eficiencia y la rentabilidad.

Pero también nos encontramos en un entorno de oportunidades, aunque no exentas de retos. “Se hace necesario buscar y consolidar oportunidades de negocio, entre ellas, las que trae consigo la economía digital. La pandemia ha impulsado el uso de canales y métodos de pago digitales, que podrían suponer una vía de ingresos para las entidades, pero que también constituye un riesgo para su función intermediadora en un mercado en el que nuevos proveedores tecnológicos, con una regulación más laxa, están ganando posiciones rápidamente”, indicó Francisco Uría.

Por su parte Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, auguró la convivencia de la banca con tipos negativos hasta 2031. En su opinión, el sector debe asumirlo como un dato estructural. ¿La receta para compensarlo? Mas eficiencia y búsqueda de ingresos. De ahí la fusión con Bankia.

La normativa contable está llevando a la banca a provisiones y ajustes contables muy relevantes. Eso, unido a los bajos tipos de interés, dibuja un escenario de niveles extraordinariamente bajos de rentabilidad, que no son sostenibles a medio plazo, según Uría.

No era una jornada reivindicativa, pero si en algo coincidieron los consejeros de los grandes bancos es en solicitar una retirada de la recomendación de no repartir dividendos. “Que los bancos tengan la libertad de pagar dividendos si sus resultados les permiten hacerlo”, defendió José Antonio Álvarez. “Es lógico que se retire a finales de año”, predijo Gortázar. “Es un castigo generalizado para el sector que inspira falta de confianza”.

¿Quién marca la línea roja?

La amenaza de la morosidad y la falta de viabilidad de los negocios más expuestos sobrevuela estos meses la solvencia del sector bancario. Se ha controlado, gracias a las medidas de apoyo a empresas y trabajadores. Pero la previsión, según el consenso generalizado entre los altos dirigentes bancarios, es que repunte, aunque muy lejos de la intensidad de la anterior crisis. Y habrá que tomar medidas quirúrgicas para facilitar el cierre de algunas empresas.

Como anunció José Sevilla, CEO de Bankia, la morosidad va a tender a crecer en 2021. “Es difícil hacer previsiones, porque tenemos elementos mitigantes muy importantes que no sabemos sus efectos (ERTE, liquidez a las pymes). La falta de experiencia nos impide calcular”.

Sevilla invitó a hacer una reflexión sobre la solvencia de las empresas. Hay que apostar por las empresas viables y diferenciarlas de aquellas que lamentablemente no lo van a ser. Por eso se hace necesario, según Bankia, “una mejora de la ley concursal y dar salida rápida a empresas que no van a ser viables”.

“La mora va a subir”, predice Gonzalo Gortázar, al igual que Francisco Uría, “y lo sorprendente es que no haya subido todavía”. Para Jaime Guardiola, CEO del Sabadell, el comportamiento de la morosidad está siendo bastante razonable, gracias a los muy buenos resultados de las medidas de liquidez. “Pero cuando despertemos (de la pandemia), las empresas van a tener más deuda y menos EBITDA”.

“Los clientes confían en sus bancos, y hacen bien. ¿Qué hubiera ocurrido en los meses del confinamiento si los bancos no hubieran acudido en auxilio de sus clientes?” (José María Roldán, Presidente de la AEB)

Aunque Gortázar se declara muy optimista a medio y largo plazo, toca ser realistas: “Hay empresas no viables, pero la mayoría del tejido productivo está preparado para volver”. En el mismo sentido se pronunció Francisco Botas, CEO de ABANCA: “Nuestro papel es de acompañamiento, diferenciando efectos coyunturales (empresas que reducen sus ventas) de aquellos efectos estructurales” que identificarán a quienes no ofrezcan señales de viabilidad, “esa línea roja que debe manejar las entidades financieras”.

La banca española ya es digital

Si hay una transformación pendiente en el sector bancario es la de invertir en tecnología y cambiar radicalmente su modelo de negocio para hacerlo más digital, señaló durante el foro Francisco Uría. Y es que la digitalización era uno de los problemas estructurales de la banca, según destacó la secretaria de Estado de Economía, y la pandemia ha acelerado la transición hacia la banca digital

“El mundo postcovid se está configurando en torno a lo digital y lo sostenible.

No hay que rehacer la economía del pasado, sino construirla a partir de esos dos ejes”

(José María Roldán, Presidente de la AEB).

El reto es inmenso: no solo operar de forma online en todas las formas posibles, sino que la regulación se adapte a este nuevo escenario, que hasta ahora favorecía a las fintech y bigtech: hacen valer su liderazgo tecnológico sin los corsés regulatorios que afectan a la banca, como subrayó durante el foro José María Roldán.

El 95% de los clientes de Bankinter ya son digitales. Fueron pioneros en 2000 y en aquella época “teníamos que empujar al cliente” a digitalizarse, llegando incluso a regalarle la conexión. “Ahora es el cliente el que empuja”, subraya Gloria Ortiz, Directora de Banca Digital de Bankinter. “Los clientes están tomando decisiones en tiempo real y necesitan que el banco también lo haga en todos sus procesos”, observa Gloria Macías, Directora de Grandes Empresas en Microsoft.

“La digitalización ya no es una ventaja competitiva.

Es el nuevo ADN de la banca” (Carlos Cuatrecasas,

Socio de FS Consulting de KPMG en España)

¿Solo son los jóvenes los que optan por el canal digital? Los datos lo desmienten. Como en Bankinter, donde el 35% de los clientes de más de 65 años ya se relacionan online con el banco. En N26, uno de los nuevos actores, con 500.000 clientes en España, iban a la búsqueda de jóvenes de 18 a 35 años y así enfocaron su estrategia de marketing. El resultado es que su media de edad es hoy de 35 años. “No habíamos llegado con nuestra publicidad a esos clientes”, reconoce su Director General, Francisco Sierra.

Una nueva fase: extraer valor de los datos

Nos dirigimos a una nueva fase en la digitalización. El cliente se ha acostumbrado y opera online hasta 15 veces al mes con su banco. Ahora es el momento, dice Gloria Ortiz, de extraer valor de los datos y explotarlos para mejorar la relación con los clientes y personalizar las ofertas.  “Nosotros detectamos que un cliente tiene un virus antes que el propio cliente”, afirma la directiva de Bankinter. Sobre la seguridad, Gloria Ortiz pide un cambio de paradigma: “No construir el muro más alto del castillo, sino saber quién es el que entra en el castillo”.

La clave es proteger la privacidad y no sobrecargar al cliente, sometido a tantos estímulos digitales. Ganarse la confianza del usuario en esta nueva relación online es crucial, como incide Carlos Cuatrecasas, Socio de FS Consulting de KPMG en España. Porque, además, muchos clientes se vieron forzados a ser digitales y pueden sentirse incómodos en ese nuevo rol.

“La clave es que la atención, aunque se haya virtualizado,

no se haya despersonalizado”

(Gloria Macías, Directora de Grandes Empresas en Microsoft)

Cuatrecasas augura un futuro donde convivan la gran banca, las Fintech y las tecnológicas. “Visualizamos mucha más competencia y jugadores, pero también colaborando entre ellos”. Unos, aportando confianza, y otros, innovación.

La opinión pública sobre los bancos: salvadores

Durante el foro, CECA hizo pública una encuesta propia de GAD3 sobre la actuación bancaria durante la pandemia. Estas son las operaciones más valoradas:

  • El adelanto de las pensiones
  • Los anticipos de los subsidios de desempleo
  • La eliminación de las comisiones en los cajeros
  • Las moratorias en las hipotecas y créditos
  • La gestión de los créditos ICO