En los últimos años, se ha producido una constante y notable evolución hacia servicios financieros más ágiles, personalizados y pensados por y para el cliente, impulsados por avances tecnológicos y cambios en las expectativas de los consumidores. Entre las adaptaciones más relevantes cabe destacar la exploración de las posibilidades de incorporación que ofrecen las tecnologías de Inteligencia Artificial Generativa en los procesos sobre los que se sustentan las interacciones con los clientes, con el propósito de conseguir una personalización más sofisticada en la oferta de productos y servicios. También están surgiendo nuevos players tales como fintechs, neobancos o bigtechs, que han impulsado los procesos de innovación y mejora continua de las entidades; y se está impulsando el uso estratégico de los datos como palanca de generación de ventajas competitivas significativas al mejorar la experiencia asociada a la prestación de servicios, anticipar necesidades, gestionar proactivamente riesgos, prevenir fraudes, optimizar procesos y desarrollar nuevos productos y servicios adaptados a las distintas necesidades, expectativas y preferencias de los clientes.
Pero ¿cómo se puede impulsar y traccionar una transformación ‘CX-centric’? Las organizaciones más avanzadas en este sentido, han trabajado de manera intensiva sobre cuatro pilares clave:
Poner el foco en estos pilares es crucial a la hora de implementar una transformación orientada a la experiencia de cliente y personalización de propuesta de valor, sobre todo, para poder hacer frente a los retos y obstáculos a los que se enfrentan las entidades. Algunos de ellos son el incremento en la cantidad de datos a gestionar y sobre los que extraer conclusiones, la integración de los sistemas o la adaptación de los modelos para conseguir destacar y consolidar su posicionamiento. Éstas han puesto el foco en la manera en la que integran aquellas capacidades que permitan colocar al cliente en el centro de la brújula estratégica; dando lugar a diferentes niveles de madurez en función del avance logrado.
El primer paso para comenzar a trabajar sobre una transformación ‘CX-centric’ pasa por la integración de aquellas capacidades que otorguen una mayor percepción de cliente en el corto plazo, permitiendo evolucionar los journeys, sofisticar la segmentación y dotar a las organizaciones de una mayor agilidad, proactividad y flexibilidad en pos de poder responder eficientemente ante cambios en las necesidades del cliente.
Las entidades que han logrado alcanzar un determinado nivel de madurez se encuentran trabajando aquellas capacidades que les permitan adaptar su propuesta de valor en base a las necesidades y expectativas de los clientes, pudiendo así alinear los productos y/o servicios con cada segmento, aumentando el valor añadido tanto para la entidad como para el cliente, y garantizando la maximización de los resultados asociados a los recursos disponibles.
Aquellas organizaciones más avanzadas centran sus esfuerzos en la adecuación y optimización de los canales, tratando de garantizar una ventaja competitiva sostenida, e integrando nuevas tecnologías o capacidades que garanticen la excelencia a lo largo de la totalidad del ciclo de vida de la relación.
Bajo este contexto de cambio, creciente competencia y sofisticación de los clientes, lograr posicionarse de menara exitosa en el mercado pasa, ineludiblemente, por impulsar aquellas transformaciones que permiten conocer mejor al cliente, mejorar la captura de valor, optimizar procesos y aprovechar nuevas oportunidades de negocio; resultando de este modo crítico colocar al cliente en el Norte de la estrategia.
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