El deporte de equipo y la actividad empresarial: el ‘match’ perfecto

El deporte es una práctica que suele iniciarse desde una edad temprana, en la etapa escolar, con el objetivo de fomentar la actividad física y las relaciones sociales. Pero el deporte no es solo deporte, y ayuda a definir y afianzar los valores que formarán parte de la identidad de las personas que los practican. Por este motivo, muchos procesos de selección, especialmente al comienzo de la vida profesional cuando la experiencia laboral es todavía escasa, valoran positivamente la práctica de deportes, especialmente de equipo. Así, una actividad aparentemente de ocio, o de ejercicio puramente físico resulta de gran valor para una potencial empresa empleadora.

Y es que, más allá de la formación puramente académica y las capacidades y experiencia profesional, que, por supuesto son fundamentales, las denominadas ‘soft skills’, los atributos personales, los valores, la actitud y la ética de las personas, se han elevado como características fundamentales para el ejercicio profesional. Atributos todos ellos que son insignia de los deportes de equipo. Este ‘match’ entre deporte y talento en las compañías es especialmente relevante en la actualidad. ¿Por qué?

Porque el deporte no es solo un deporte

Es el caso del rugby, un deporte que “te enseña que el deporte es mucho más que eso. Es compromiso, compañerismo, respeto y humildad”, señaló Juanjo Cano, presidente de KPMG durante el evento en el que se anunció la colaboración entre la Federación Española de Rugby y la firma de servicios profesionales. “Como firma comprometida con el talento, en la que cada año contratamos a miles de jóvenes recién licenciados y contamos con una edad media de 29 años, no solo compartimos estos valores, sino que tratamos de impulsarlos y potenciarlos cada día. Porque, de la misma manera que en un partido, siempre hay un aprendizaje, aunque surja de la derrota, en KPMG creemos que cada proyecto te permite crecer como profesional (y como persona)”, subrayó Juanjo Cano.

Porque el ‘todo’ es mucho más que la suma de las partes

Otro de los aprendizajes que se extraen tanto del rugby como del mundo laboral es que nunca se deja de aprender y mejorar. De hecho, en la actividad de una compañía es una actitud realmente valiosa ya que, teniendo en cuenta el ritmo al que se producen los cambios, las innovaciones tecnológicas o las situaciones nuevas a las que hay que ser capaces de adaptarse y dar respuesta, es crucial contar con equipos diversos (tanto de edad, género o nacionalidad) con capacidad de adaptación y voluntad de aprendizaje y mejora cuya suma de talento hagan posible el mejor de los resultados. Y, concretamente, el rugby es conocido por la fortaleza, el compañerismo y la cohesión de sus equipos.

Porque la humildad es sinónimo de éxito

En un deporte tan exigente como el rugby, algo que está siempre presente y que inculcan sus entrenadores es la importancia de nunca abandonar una actitud de esfuerzo y humilde. Es un atributo indispensable para ser capaz de reconocer los propios errores y, en consecuencia, convertirse, con cada partido, en un mejor jugador o en un mejor profesional. Porque, ante momentos -o partidos- complejos, hay que ser valiente, innovar y apostar por nuevos caminos como única forma de tomar la delantera.

Porque liderar es confiar en tu equipo

Pero nada de lo anterior sería posible sin una figura clave: el líder. Los jugadores observan y aprenden de su entrenador, quien no solo les valora por sus aptitudes sino por quiénes son. El respeto y reconocimiento de las personas es un elemento clave, ya que un líder no se debe a sí mismo sino a los demás. Atributos que deben volcarse en el ejercicio del liderazgo en la empresa:  trabajar cada día manteniendo una actitud de humildad y sobre todo de escucha activa con el equipo.

¿Sabes cómo impulsamos el talento desde el deporte de equipo?

En un equipo profesional, sin personas motivadas, con capacidad de crecimiento y el convencimiento de que su papel es relevante en el equipo, no es posible ganar un partido. Ni, por supuesto, hacer crecer una organización. Y esto no se puede hacer a través de órdenes simples, sin comunicación bidireccional. El rugby es ejemplar por la importancia que da al equipo y la camaradería, y así ha de permear en las empresas, y en el conjunto de la sociedad.

Todas estas razones son las que han motivado la unión de KPMG con la Federación Española de Rugby para llevar a cabo dos iniciativas que impulsarán el talento. Por un lado, el respaldo a la Competición Nacional M23, ahora denominada ‘KPMG Emerging’ y, por otro, el programa #SpainFirstFellowship, que ofrece un itinerario formativo integral con evaluaciones 360º, mentorización y apoyo profesional para asegurar el desarrollo tanto deportivo como profesional de los participantes.

Juan Carlos Martín (Hansen), presidente de la Real Federación Española de Rugby, subrayaba en el evento de presentación que “el talento nos preocupa a todos. Por eso este programa es ambicioso y tiene como objetivo situar al jugador en el centro, igual que las empresas sitúan a su empleado en el centro. Y porque España debe ser buena en su deporte, pero también con sus deportistas”.

Precisamente sobre este mensaje de colaboración hizo también hincapié José Manuel Rodríguez Uribes, secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes al destacar que “este proyecto es un buen ejemplo de lo que debemos hacer en el ámbito público y privado. Porque el deporte es un derecho, algo que nos proporciona bienestar, salud y diversión. Y debemos garantizar su acceso, exactamente igual que al empleo”.