Conflicto en Ucrania, criptoactivos y nuevo entorno monetario

Al tiempo que se prolonga la invasión de Rusia en Ucrania y se materializan las sanciones económicas impuestas a Rusia, dando lugar a un nuevo entorno geopolítico, el uso de los criptoactivos suscita cada vez un mayor interés entre la comunidad internacional. La atención mediática pone el foco en las sanciones impuestas a Rusia y en cómo Ucrania ha llegado a recibir donaciones a través de criptoactivos. Pero, ¿cuál está siendo y será el papel de los criptoactivos en el conflicto de Ucrania? Y en sentido contrario, ¿cómo afecta el conflicto a los criptoactivos?

“La complejidad del actual escenario implica considerar en el ámbito de los criptoactivos no solo su impacto en el transcurso del conflicto, sino cómo va a afectar esta coyuntura en el medio plazo en el transcurso de los movimientos transaccionales o el avance de la regulación del mercado cripto que continúa expandiéndose con suma rapidez”, relató Álvaro Casado, Head of Virtual Assets & Blockchain de KPMG en España, en el webinar ‘Impactos derivados del conflicto de Ucrania: energía y criptoactivos’.

Los criptoactivos: ¿de cripto-amenaza a cripto-oportunidad?

La tecnología de criptoactivos no solo está motivando nuevos activos financieros, sino también nuevas maneras de intermediación, según reconoce el Banco de España en un reciente informe sobre el mercado cripto.

Actualmente existen algunos interrogantes sobre la transparencia de su operativa y el posible impacto que puede tener a la hora de eludir las sanciones impuestas a Rusia. Sin embargo, como explicó Álvaro Casado, se deben tener en cuenta una serie de matizaciones clave para contextualizar la situación:

  • La gran parte de los criptoactivos operan sobre redes pseudo-anónimas; esto quiere decir que existe la posibilidad de trazar las operaciones en la red, identificadando las “wallets” o billeteras desde las que se ejecutan las operaciones. Además existen técnicas de Blockchain Analytics que facilitan el rastreo y entendimiento de los movimientos de capitales.
  • El mercado de los criptoativos sigue creciendo pero aún es poco maduro. Los activos bancarios rusos sujetos a sanción ascienden aproximadamente a 1,4 billones de dólares, Los volúmenes totales en los exchanges de criptoactivos promediaron alrededor de $ 24 mil millones en febrero, en comparación con los $ 5 billones por día en transacciones a través de SWIFT.
  • Cada vez que se traslada una divisa a través de mercados criptográficos se debe hacer a través de Exchange centralizados, los principales exchanges se encuentran bajo el foco de los reguladores y cuentan con licencias que les obligan a cumplir con procesos robustos de KYC. Estos mueven prácticamente el 80% del mercado. Por su parte, los Exchange descentralizados, donde se pueden producir movimientos con menor capacidad de control, solo superan el 5% de la totalidad del mercado de criptoactivos.

Por lo tanto, “es muy difícil pensar que haya una capacidad real para mover capitales de manera relevante en este entorno de criptoactivos, por lo que son volúmenes poco representativos con respecto a la totalidad de lo que vemos bajo sanción”, apuntó.

A tal efecto, resulta crucial garantizar la adecuada identificación de la trazabilidad de los fondos y de las personas involucradas en dichas transacciones. Un requisito que, sin duda, demanda la atención por parte de las autoridades en torno a la adopción y regulación cripto. Este factor puede ser clave para el desarrollo del mercado de los criptoactivos y para que los reguladores y supervisores desarrollen marcos de control homogéneos y adecuados a la nueva realidad.

El conflicto de Ucrania y la aceleración de la regulación cripto

“Desde que comenzó el conflicto, la población de Ucrania ha incrementado su percepción de los criptoactivos como un nuevo asset class en el que depositar y proteger sus ahorros, lo que ha incrementado sustancialmente su adopción”. Además, la flexibilidad que caracteriza a estos activos digitales está permitiendo la llegada de donaciones a Ucrania en un momento en el que las entidades bancarias encuentran dificultades para operar con normalidad o escasean sus reservas de divisas.

Desde que comenzó el conflicto, la población de Ucrania percibe a los criptoactivos como un nuevo asset class en el que depositar y proteger sus ahorros, lo que ha incrementado sustancialmente su adopción
Álvaro Casado
Head of Virtual Assets & Blockchain de KPMG en España

Sin duda, la dimensión global de estas actividades urge el desarrollo de iniciativas a nivel internacional que permitan establecer normas homogéneas y aportar seguridad jurídica en la operatividad con criptoactivos.

En este sentido se están observando algunos factores aceleradores. Sin ir más lejos, tenemos a potencias mundiales lanzando sus propias divisas digitales. China es uno de los países que posee un mayor avance en cuanto a CBDCs (Central Bank Digital Currencies), puesto que ya ha emitido el Yuan digital. En esta línea, Estados Unidos también está apostando por los activos digitales mediante la CBDC de la Reserva Federal, especialmente ante la reciente orden ejecutiva que anunció el presidente Joe Biden destinada a regular los activos digitales.

Por su parte, Europa se encuentra en fase de investigación para el lanzamiento del Euro Digital, que se espera que concluya en 2023.

Otro aspecto relevanten será el crecimiento del uso de stablecoins. Estas también se encuentran en el foco de la orden ejecutiva de Biden, así como en el Reglamento MiCA que se encuentra en proceso de aprobación por parte de la Unión Europea.

Así las cosas, la volatilidad del actual entorno que se ha agudizado con el conflicto de Ucrania, urge la aceleración de la regulación de los criptoactivos para garantizar la seguridad operatividad y mantener la confianza desde una perspectiva de estabilidad financiera. Todo ello sin olvidar aprovechar la multitud de oportunidades que ofrece esta tecnología, especialmente en cuando a la dinamización del mercado y la creación de nuevos modelos de negocio y nuevas vías de transaccionar. Una carrera que ya están perfilando multitud de países, lo que podría derivar en el medio plazo en importantes retos geopolíticos y regulatorios.