El valor de la sostenibilidad en un contexto de incertidumbre

La sostenibilidad sigue siendo una prioridad para los principales grupos de interés de cualquier compañía. Y la evolución normativa en Europa lo confirma: la directiva de reporte de sostenibilidad corporativa (CSRD) exige a miles de empresas europeas reportar bajo los nuevos estándares ESRS; la Taxonomía verde impulsa la canalización de capital hacia actividades sostenibles; y la directiva sobre diligencia debida en sostenibilidad corporativa (CSDDD) establece obligaciones concretas en materia de derechos humanos y medioambientales a lo largo de la cadena de valor. El mensaje es claro: la sostenibilidad ya no es voluntaria, sino un eje central en la estrategia y la gobernanza de las compañías.

Sin embargo, este nuevo panorama regulatorio se caracteriza por la incertidumbre: plazos que se revisan, guías que se actualizan, exigencias que se matizan…, entre otros. En este contexto, muchas organizaciones se preguntan si es prudente esperar a tener definiciones claras antes de actuar. Y la respuesta es que la sostenibilidad ya no es una opción, y las compañías que mantengan una visión estratégica estarán mejor preparadas para un futuro en el que la transparencia y la gestión de riesgos serán ineludibles.

El riesgo de la inacción

Esta incertidumbre en el ámbito regulatorio puede paralizar a las organizaciones si no se aborda con una perspectiva estratégica. Algunas compañías adoptan una estrategia de “esperar y ver”. Es decir, cumplir con lo mínimo, delegar la sostenibilidad en áreas aisladas o adoptar soluciones fragmentadas. Este enfoque reactivo puede parecer eficiente en el corto plazo, pero conlleva riesgos sustanciales: pérdida de competitividad frente a organizaciones más avanzadas, menor capacidad de atraer inversión, impacto negativo en la reputación y un deterioro en la relación con clientes, socios y comunidades.

La sostenibilidad como palanca estratégica

En pocas palabras, la clave está en mantener una visión estratégica y establecer objetivos de sostenibilidad claros e integrados con el modelo de negocio, independientemente de las obligaciones regulatorias.

Así lo confirman los datos: tras examinar la información divulgada por las 120 mayores compañías españolas en materia de sostenibilidad, más del 90% ha establecido objetivos formales en este ámbito, aunque solo un 65% cuenta con un plan formal para alcanzarlos. Y es que tener objetivos sin una hoja de ruta clara puede dejar a las organizaciones en un terreno vulnerable.

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Este análisis demuestra que la definición de objetivos de sostenibilidad no puede depender únicamente de la presión regulatoria. Las compañías líderes son aquellas que establecen objetivos alineados con su estrategia y propósito. De esta manera, consiguen anticiparse a los riesgos, identificar oportunidades y reforzar su resiliencia.

¿Cómo avanzar en sostenibilidad a pesar de la incertidumbre?

Avanzar en medio de la incertidumbre 

Pero ¿cómo dar pasos firmes en un escenario que aún está en evolución? Si bien no existe una única hoja de ruta, algunas acciones se perfilan como prioritarias:

  • Definir objetivos claros y medibles que faciliten al consejo su seguimiento y permitan evaluar el progreso real.
  • Identificar oportunidades de negocio vinculadas a la sostenibilidad, y no limitarse únicamente a la gestión de riesgos.
  • Extender los compromisos a la cadena de valor integrando a proveedores y socios estratégicos.
  • Diseñar planes transversales con hojas de ruta claras, recursos asignados y sistemas de control sólidos.
  • Invertir en capacidades internas, formando equipos multidisciplinares y fomentando una cultura ESG.
  • Promover un diálogo transparente con los grupos de interés, construyendo narrativas coherentes y comunicando con transparencia.

En definitiva, la estrategia de sostenibilidad es la brújula que permite avanzar con propósito en un entorno marcado por la incertidumbre regulatoria y geopolítica. La dirección es clara: mayor transparencia, medición y gestión de impactos y riesgos.

Así, las empresas que integren la sostenibilidad en su visión estratégica no solo estarán preparadas para cumplir con futuras normativas, sino que también podrán transformar la incertidumbre en una ventaja competitiva.