Los efectos de los aranceles en la valoración de empresas

La protección de la economía local frente a los aranceles impuestos por Donald Trump se ha convertido en una prioridad para las potencias afectadas. Desde su anuncio, pocos días después de la toma de posesión del presidente de los Estados Unidos, la conversación global no ha sido otra y los países afectados han situado la protección a esta medida norteamericana en el core de su estrategia geopolítica.

Los aranceles son impuestos a los productos importados desde el extranjero con el objetivo de proteger la producción nacional encareciendo los productos foráneos. Pero su impacto es mucho más amplio que simplemente una modificación del precio de los productos importados, ya que afectan directamente a las dinámicas del comercio internacional.

En este sentido, la pérdida de competitividad, el proteccionismo bilateral, la tensión geopolítica o la alteración de las cadenas de suministro son algunos de los efectos que sufren las potencias implicadas en el comercio, además de una situación de incertidumbre para la economía global que también afecta directamente a las valoraciones de empresas.

La indefinición sobre cuánto tiempo perdurará esta medida hace que sea difícil calibrar el impacto que tendrá en la valoración. Lo que sí es certero, es que los exportadores deben reajustar sus precios para ser competitivos en la economía norteamericana, lo que supone una reducción de beneficios y un efecto en diferentes aspectos de su actividad.

Los costes, el impacto en los tipos de cambio, el cambio en los planes de inversión debido a los riesgos macroeconómicos e incluso a la constricción de las operaciones corporativas son variables a tener en cuenta ante la incertidumbre arancelaria. Frente a este nuevo contexto, es necesario adoptar más juicio y criterios en la aplicación de las metodologías de valoración para que los resultados reflejen su valor razonable.

Cómo cambian las valoraciones ante este contexto

En entornos volátiles se vuelve imprescindible realizar un análisis más exhaustivo de los planes comerciales de la empresa. Ya no basta con revisar las proyecciones financieras, es necesario entender cómo las políticas comerciales y fiscales afectan directamente a la estrategia y operativa de los negocios. Esto implica involucrar activamente a los responsables financieros y de exportaciones, quienes pueden aportar una visión más completa sobre los riesgos y oportunidades derivados de los cambios en los aranceles.

En cuanto a las metodologías de valoración, el método del Descuento de Flujos de Caja (DCF) sigue siendo el más utilizado en la valoración de empresas. Sin embargo, en un entorno de incertidumbre, este enfoque debe complementarse con análisis de escenarios. Y es que asignar probabilidades a distintos escenarios de proyecciones financieras permite incorporar de forma más objetiva los posibles efectos de los aranceles.

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Por otro lado, en situaciones de incertidumbre es común realizar ajustes en la tasa de descuento, que refleja el riesgo asociado a los flujos futuros. La subjetividad inherente a estos ajustes exige una mayor justificación técnica y una documentación clara que respalde las decisiones tomadas. Además, en contextos de cambios rápidos es fundamental analizar la cronología de los acontecimientos para decidir qué elementos deben incorporarse en la valoración y cuáles no en función del contexto de valoración. Esto requiere plantearse la fecha de valoración y estudiar la cronología de los acontecimientos ocurridos antes y después de esta fecha.

Asimismo, es indispensable considerar las referencias y movimientos del mercado tanto de compañías cotizadas como de transacciones precedentes. Detectar los movimientos de aversión al riesgo por parte de los inversores no es algo evidente, por lo que es aconsejable utilizar los múltiplos como herramientas de contraste.

En escenarios donde los flujos de caja a corto plazo se ven afectados, el valor terminal puede representar una proporción mayor del valor total de la empresa, lo que exige un análisis crítico más profundo de las hipótesis utilizadas para estimar ese valor a largo plazo. Este contexto arancelario también supone que el rango de valoración de un activo o empresa tiende a ampliarse.

Más que nunca, la valoración en tiempos de incertidumbre no puede abordarse con las mismas herramientas ni con el mismo enfoque que en contextos estables. Esto requiere una revisión profunda de las metodologías, una mayor implicación de los equipos y una actitud crítica frente a las hipótesis tradicionales. Es decir, incorporar escenarios, ajustar tasas de descuento, revisar múltiplos y analizar los rangos de valor resultantes son algunos de los pasos necesarios para reflejar fielmente la realidad de las empresas en este nuevo entorno.