IA en las funciones legales: 5 claves para combinar eficiencia y cumplimiento

La inteligencia artificial (IA) está transformando el modo en que las organizaciones operan, toman decisiones y se relacionan con sus clientes. En este nuevo escenario, las funciones legales se enfrentan al reto —y a la oportunidad— de liderar su implementación desde una doble perspectiva: garantizar el cumplimiento normativo y, al mismo tiempo, facilitar la eficiencia operativa del negocio.

Y es que, diseñar una estrategia legal de IA que esté alineada con los objetivos corporativos no implica únicamente reaccionar ante los riesgos que acompañan a esta tecnología. Requiere una visión proactiva y transversal, que conecte el conocimiento jurídico con la transformación digital y la realidad operativa de la organización.

A continuación, se presentan los 5 pilares clave para construir dicha estrategia:

1. Establecer un marco de gobernanza adaptado a la nueva regulación

Con la entrada en vigor del Reglamento de IA de la Unión Europea (AI Act), las organizaciones que desarrollen, adquieran o utilicen sistemas de IA deberán implementar mecanismos internos que aseguren el cumplimiento de obligaciones específicas —como la evaluación de riesgos, la trazabilidad, la supervisión humana o la gestión de datos—, especialmente en sistemas clasificados como de alto riesgo.

Desde el punto de vista de la función legal, es necesario:

  • Establecer una estructura de gobernanza transversal, con roles y responsabilidades claramente definidos.
  • Establecer procedimientos internos para asegurar la documentación, trazabilidad y transparencia exigidas por la normativa.
  • Desarrollar políticas para la validación jurídica y ética de los sistemas de IA.
  • Incorporar criterios de cumplimiento desde las fases tempranas de desarrollo o adquisición de soluciones tecnológicas.

Una gobernanza sólida no solo es un requisito normativo: constituye también un factor de competitividad y confianza ante socios, clientes y reguladores.

2. Impulsar la eficiencia operativa desde Legal

La IA ofrece oportunidades reales para mejorar la eficiencia de los procesos legales y operativos, tales como la automatización de tareas repetitivas o apoyo en la redacción y revisión de documentos y contratos. Pero su implementación efectiva exige un enfoque estratégico desde la función legal.

En este sentido, es recomendable que los departamentos legales:

  • Participen desde fases tempranas en la identificación y diseño de casos de uso de IA.
  • Formen parte del diseño e implantación, no solo en la fase de validación.
  • Colaboren estrechamente con áreas técnicas y operativas para asegurar una implementación segura, ágil y conforme a derecho.

Este enfoque contribuye a convertir al departamento legal en un facilitador de la transformación digital e innovación y no únicamente en un garante del cumplimiento.

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3. Incorporar la gestión del riesgo legal y reputacional en el ciclo de vida de la IA

La normativa europea pone énfasis en la gestión continua del riesgo, lo que obliga a mantener una supervisión activa durante toda la vida útil del sistema. En particular, la función legal debe velar por:

  • Asegurar que existen bases jurídicas adecuadas para el tratamiento de datos, incluyendo el uso de datos personales o sensibles, o propiedad intelectual, entre otras.
  • Evaluar el impacto en derechos fundamentales, con especial atención a la no discriminación, transparencia y rendición de cuentas;
  • Establecer protocolos para la revisión periódica de los sistemas en producción.

El uso no regulado o mal supervisado de IA puede acarrear no solo sanciones, sino también importantes impactos reputacionales, pérdida de confianza y obstáculos a la escalabilidad del uso de estas tecnologías.

4. Capacitar a los equipos y generar una cultura de uso responsable de la IA

La implementación efectiva de una estrategia legal de IA requiere contar con equipos capacitados y conscientes del nuevo contexto regulatorio y tecnológico. Esto implica no solo formación jurídica, sino también fomentar el diálogo entre perfiles legales, técnicos y de negocio.

En este sentido, las organizaciones que logren establecer una cultura transversal de uso ético y responsable de la IA, con lenguaje común y criterios compartidos, estarán mejor preparadas para responder a los retos del entorno y aprovechar su potencial.

5. Medir el impacto y evolucionar con una visión de largo plazo

Una estrategia que no se mide es difícil de gestionar y mejorar. Para que la función legal sea reconocida como un actor estratégico en la transformación digital impulsada por la IA, es imprescindible establecer indicadores concretos de valor y riesgo.

Medir el impacto de la intervención jurídica en proyectos de IA —ya sea en términos de reducción de riesgos, adopción de buenas prácticas o mejora de la eficiencia— es esencial para su sostenibilidad y legitimidad dentro de la organización.

Además, el contexto normativo, tecnológico y social en torno a la IA continuará evolucionando. Por tanto, es necesario diseñar estructuras que permitan adaptarse con agilidad a los nuevos desarrollos regulatorios y a los cambios en las expectativas sociales y de mercado.

En definitiva, la inteligencia artificial está transformando de manera profunda los entornos empresariales. En este contexto, las funciones legales tienen la oportunidad de asumir un rol estratégico: impulsar una adopción eficiente y responsable de la IA, acompañando al negocio desde la visión, la prevención y la innovación, y asegurando el cumplimiento de un marco normativo cada vez más exigente.

Es por ello que, contar con una estrategia legal de IA robusta, práctica y adaptada a las particularidades de cada organización será clave para navegar con éxito esta nueva etapa.