La escalada arancelaria y el nuevo tablero geopolítico fuerzan a Europa a adoptar una mirada conjunta y decidida, y a avanzar en tareas pendientes como la innovación y la tecnología, el talento y la competitividad. Que, además, en España requiere abordar retos estructurales como el reducido tamaño medio de las empresas y la productividad. El objetivo, en definitiva, es apostar por un modelo de crecimiento de la economía de mayor valor añadido que nos permita ser más relevantes en un contexto incierto y convulso.
Sobre cómo alcanzar este objetivo compartido se profundizó en “Perspectivas de la economía española: ¿hacia un nuevo modelo de crecimiento?”, el debate que tuvo lugar en el marco del Cercle d’Economia y que contó con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, el presidente de KPMG, Juanjo Cano, la VP Directora General de Amgen España y presidenta de Farmaindustria, Fina Lladós, y el presidente de Mat Holding, Pau Relat.
Un debate necesario teniendo en cuenta el impacto del actual contexto en las previsiones de las compañías. Como indicó Juanjo Cano, pese a que el tejido empresarial está «acostumbrado a la incertidumbre», lo que observa la firma de servicios españoles en su día a día con clientes e inversores es una «mayor preocupación». «El contexto actual implica un mayor número de escenarios a calibrar», afirmó.
Por tanto, es necesario recuperar el viejo axioma de convertir un problema en una oportunidad. Como enfatizó el ministro de Economía en su intervención en la mesa, es el momento de Europa: una oportunidad excelente para convertirnos en un actor relevante que actúa unido como bloque frente al resto de potencias hegemónicas. “Somos un mercado de 450 millones de consumidores y debemos sentarnos a la mesa de los grandes”, defendió Carlos Cuerpo.
Se trata, según el ministro, de ser líderes a nivel internacional sin perder nuestro ADN: una economía abierta a un mundo multilateral, un modelo de transición verde y un sistema de bienestar social que es la envidia del mundo entero.
Así, el informe Draghi aconseja para Europa una nueva estrategia industrial basada en la innovación y la tecnología y pone el foco en la necesidad de facilitar a las empresas innovadoras una salida de desarrollo comercial a sus productos y servicios dentro de la UE. Como señala Draghi, en Europa no faltan ideas ni ambición.
Se topan con la falta de financiación y con una regulación que, en ocasiones, puede resultar demasiado compleja y ambiciosa. Como consecuencia, señala el informe Draghi, muchos emprendedores europeos prefieren mirar a EEUU en búsqueda de financiación y mercado: el 30% de los “unicornios” fundados en Europa trasladan sus sedes fuera de la UE, sobre todo a Estados Unidos.
Los ponentes reclamaron a Europa que defina sus sectores estratégicos y priorice la transferencia de la innovación al mercado. “Tenemos una asignatura pendiente en la transferencia de la ciencia y de una idea avanzada al producto. Hay un punto crítico, que es la inversión con visión de futuro, con alto riesgo”, señaló la presidenta de Farmaindustria. Xavier Vives, moderador de la mesa y miembro de la junta directiva de Cercle d’Economia, habló también de la necesidad de “no penalizar el fracaso”, algo que lastra a Europa con respecto a otras potencias como EEUU o Reino Unido.
Carlos Cuerpo también reconoció el problema de “la transferencia del conocimiento a proyectos prácticos o industriales, de mercado. Es difícil entender un entorno de innovación sin conexión al mercado, al desarrollo de productos que acaba dando una rentabilidad”, destacó el ministro.
El foro barcelonés puso el foco en la necesidad de adaptar la formación al nuevo escenario de innovación e internacionalización. Las empresas españolas están incorporando perfiles diversos y multidisciplinares a sus plantillas, pero el sistema educativo debe reformarse para que el trabajador llegue a las empresas sin que estas tengan que formarlo de nuevo.
El problema ya no es tanto de atracción del talento como de su encaje en los cambios tan rápidos que llevamos viendo en los últimos cinco años. “Tenemos que acelerar en la captación de perfiles adecuados y, sobre todo, trabajar en su adaptación”, señaló el presidente de KPMG.
“Con la aparición de la Inteligencia Artificial Generativa todo está yendo aún más rápido. Es la transformación más abrupta que vamos a tener y hay que estar preparados. Tiene que haber muchísima formación”, subrayó Juanjo Cano.
Prudencia, mano tendida, cabeza fría y no tomar medidas que afecten a la industria europea en un mundo tan interconectado. Es lo que piden los empresarios españoles ante el impacto de nuevo rumbo de Estados Unidos. Las medidas arancelarias anunciadas por Donald Trump ya se están notando en el ámbito de la financiación y la inversión: hay una ralentización.
Los empresarios reunidos por el Cercle d’Economia piden moderación, tejer nuevas alianzas y saber distinguir entre lo que hay de escenografía y de realidad en los anuncios lanzados desde Washington. Hoy la geopolítica está haciendo que el inversor se retraiga más porque tiene más variables que medir y escenarios que calibrar.
El ministro de Economía defendió “la mano tendida para llegar a un acuerdo justo y equilibrado” y, al mismo tiempo, reforzar el mercado interior de los 27 y tejer una red de aliados estratégicos, como Mercosur, cuyo tratado debería ratificarse antes de fin de año y que es particularmente positivo para España, por ejemplo, por el rol que puede jugar Brasil como destino de nuestras exportaciones.
La crisis arancelaria “aumenta mucho la incertidumbre y paraliza las decisiones de inversión. Requiere prudencia y evitar sobrerreacción, entendiendo que Europa debe tener una decisión. No se sabe cuánto hay de escenificación y de ejecución en EEUU”, dijo en la mesa la presidenta de Farmaindustria, que reclamó evitar una guerra comercial, intentar negociar y tender una mano: “Todos dependemos de todos”.
“Cabeza fría y no echar leña al fuego”, dijo por su parte el presidente de Fira de Barcelona. Para Pau Relat, debemos asumir que la gestión de la incertidumbre formará parte de nuestro ecosistema diario.
Fueron las tres palabras que los ponentes quisieron enmarcar para dejar un legado de lo hablado en Barcelona. España y Europa necesitan reforzar la colaboración público-privada, generar un entorno de confianza y ser coherentes a todos los niveles. Un círculo virtuoso que se manifiesta en una mayor simplificación de las normas, en una mayor integración europea y en una mejor estructura del tejido empresarial, donde las grandes y medianas ejerzan un efecto tractor sobre las pequeñas. Porque una sola medida no cambia las cosas.
“Hoy más que nunca es fundamental la colaboración público-privada y la privada-privada, que las empresas medianas y grandes hagamos de cabeza tractora en apoyo a las pequeñas empresas. Y en lo público también, que haya mucha más cercanía, podamos ir todos en la misma línea y no encontrarnos que uno va por un lado y otros por otro”, afirmó Juanjo Cano.
Un ejemplo de esa colaboración público-privada lo simboliza Fira de Barcelona, según su presidente. Para Pau Relat, esa colaboración “permite esa mirada larga, transformacional, que va más allá del regate corto que impera hoy”.
“Es fundamental la coherencia. Si queremos un crecimiento económico de alto valor, aparte de la colaboración público-privada y la simplificación administrativa, tenemos que dotar al país de las infraestructuras que permitan a las empresas desarrollar modelos de alto valor añadido. De todo tipo: energético, de movilidad…”, indicó el presidente de Fira.
Un nuevo estado, virtual, está en fase de adhesión a la Unión Europea: es lo que Enrico Letta, en su informe “Mucho más que un mercado”, identifica como el régimen número 28: un sistema alternativo para que las empresas puedan superar la complicada armonización jurídica entre los 27, que puede lastrar su competitividad.
En la jornada del Cercle d’Economia se defendió una regulación más eficiente en la UE y se mencionó específicamente la solución que propone el informe encargado en 2023 por la Presidencia española y que el ex primer ministro italiano presentó en abril de 2024.
La complejidad regulatoria, que fue vista durante años como seña de identidad europea, es percibida ahora como uno de los frenos a la competitividad en un momento crítico global, es especial para las Pymes, que son las que más sufren ante escenarios inestables.
“Les afecta más la inestabilidad, no tienen la misma capacidad de resistencia, inversión o internacionalización que las demás. En el tema de la regulación hemos de tener mucho cuidado porque las empresas medianas y grandes tenemos una capacidad de maniobra que no tienen las pequeñas”, subrayó Juanjo Cano, presidente de KPMG España.
Fina Lladós pidió en su intervención “no legislar más” y, sobre todo, no aumentar la complejidad. “Europa legisla muchísimo con un ánimo de perfección que puede quitar competitividad. Tiene que haber regulación, pero facilidad y simplificación”, reclamó la presidenta de Farmaindustria.
Fina Lladós pidió en su intervención “no aumentar la complejidad”. “Europa legisla en ocasiones con un ánimo de perfección que puede restar competitividad. Tiene que haber regulación, pero facilidad y simplificación”, reclamó la presidenta de Farmaindustria.
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