ESG

Balance de la COP28: el comienzo del fin de los combustibles fósiles

Y aquí termina la COP28, una conferencia que comenzó hace dos semanas con las palabras del presidente Dr Sultan Al Jaber que afirmaba que sería una COP histórica y llamaba a todas las partes a trabajar en unidad para que el resultado fuera un verdadero punto de inflexión en el avance hacia la descarbonización. Y así ha sido. A pesar de que en algunos momentos del proceso hemos visto la esperanza flaquear.

Desde luego, hemos presenciado una COP distinta en muchos sentidos y me alegra haberla podido vivir desde dentro, desde la arena de Dubai. Una cumbre con innumerables “primera vez”, que, como si de un castillo de pirotecnia se tratara, ha ido asombrándonos casi cada día.

La COP de las ‘primeras veces’

Por primera vez se ha resuelto uno de los temas críticos el primer día: el fondo de pérdidas y daños se anunciaba nada más empezar, dejando a todos sin palabras. Un movimiento que tal vez pretendía disipar pronto las dudas sobre la eficacia de esta presidencia y el interés genuino del país en alcanzar un acuerdo ambicioso. Objetivo cumplido. Por cierto, dos terceras partes del fondo, que al final de la cumbre suma algo más de 700 millones de dólares, los ha comprometido la Unión Europea. Una cantidad que no parece muy elevada (realmente no lo es y habrá que esperar a que otros países vayan incrementando sus aportaciones), pero el verdadero valor de la iniciativa es que se ha conseguido articular el mecanismo, y solo un año después de comprometerlo. Otro detalle para valorar en positivo es que, en estos primeros pasos, el fondo será gestionado por el Banco Mundial, que cuenta con la confianza de todas las partes.

También ha sido la primera vez que en un acuerdo de esta naturaleza se hace referencia a la agricultura, el sistema alimentario o la salud por su vinculación al cambio climático. Logros, sin duda, que favorecerán la vida de millones de personas, especialmente en países vulnerables. Iniciativas todas ellas que se han lanzado acompañadas de planes de financiación, otra característica de esta COP, la que más recursos económicos ha movilizado en propuestas, tanto dentro como fuera de la negociación de las partes.

Pero la más importante de las “primeras veces”, sin duda, es que por primerísima vez en una COP se ha hecho mención al fin de los combustibles fósiles. No se ha logrado aún el “phase out” tan reclamado por tantos frentes estos días, pero ¿quién se iba a imaginar hace un año que sería precisamente en Dubai cuando veríamos el principio del fin? Y el presidente no podía ocultar su satisfacción cuando ha golpeado su maza anunciando un acuerdo.

Balance global de esta COP

Y esto me lleva directamente a las conclusiones del global stocktage, el balance global comprometido en París para ser realizado este año, y principal documento de esta COP, fuente del “Consenso de UAE”, un acuerdo que no responde al 100% a las reivindicaciones de todas las partes pero que incluye importantes hitos para celebrar.

Lo primero a destacar es la claridad en la meta dibujada, que es precisamente lo que ha posibilitado el resto de propuestas del documento; la “estrella del norte”, como repetía incansablemente Al Jaber, que no es ni más ni menos que el límite de 1,5º señalado por la ciencia. De nuevo, por primera vez, no se ha discutido apenas al respecto, para descanso de la mayoría, y eso ha permitido incluir en el texto otro objetivo: acelerar la transición de todos los combustibles fósiles en esta década, de forma justa, ordenada y equitativa, y reducir las emisiones 43% en 2030, 60% en 2035 hasta alcanzar el objetivo net zero en 2050, llegando al pico de emisiones máximas entre 2020 y 2025. Ahora bien, estos son metas globales, que se aplicarán en los países teniendo en cuenta sus circunstancias particulares (responsabilidad diferenciada, como dice el acuerdo de París y también este nuevo acuerdo).

¿Sabes cómo podemos ayudarte a avanzar en estos retos?

Y también ha sido la COP más inclusiva de la historia. No solo porque con más de 85.000 personas acreditadas ha duplicado con creces el récord que ostentaba Sharm el Sheikh (uno de los días estuvimos acreditadas más de 110.000 personas según Naciones Unidas), sino porque el acuerdo final ha recogido también las reivindicaciones de otras partes que han sido escuchadas: pueblos indígenas, jóvenes activistas de todo el mundo, sector privado, líderes religiosos (de nuevo otra primera vez, la de contar en una COP con un pabellón de la fe), científicos, inversores, ONG,…

Una inclusión que se ha manifestado con frecuencia en las declaraciones del presidente, que ha hecho llamamientos a las partes para abrirse a todas las posibilidades, a incorporar todas las soluciones, pensando en el interés global más que en los intereses particulares. Tal vez por eso, el consenso de UAE incluye también entre las acciones para lograr la descarbonización todas las tecnologías de bajas emisiones posibles: renovables, nuclear, captura y almacenamiento de CO2, gases renovables, hidrógeno verde; y se ha propuesto acelerar y reducir sustancialmente las emisiones procedentes de otros gases no CO2, como el metano, para 2030.

Y Europa, representada este año por la delegación española debido a la presidencia del Consejo y por el comisario Hoekstra, también estaba satisfecha. Como dijo Teresa Ribera en su intervención en la última sesión plenaria, se han cubierto todos los puntos, y, aunque se esperaba más, se han recogido muchas de las propuestas europeas: triplicar las renovables y duplicar la eficiencia energética en el año 2030 son un claro ejemplo.

La financiación, otro de los grandes puntos

La financiación, como en ediciones anteriores, ha sido otro de los puntos principales, con luces y alguna sombra. Algo descolorido ha quedado el objetivo de eliminar los subsidios a los combustibles fósiles (supeditado únicamente a los casos en los que no se disponga de un plan de transición justa), pero se ha marcado la ruta. Este aspecto, en realidad, aparece en el capítulo de mitigación, pero me permito comentarlo aquí por su vinculo con los procesos de inversión.

Por otro lado, el fondo verde del clima recibió un buen impulso esta edición, con promesas récord de 12.800 millones de dólares procedentes de 31 países. El año que viene se negociará un nuevo objetivo cuantificado para la financiación del clima, en el que el principal reto será lograr la confianza mutua entre los países del norte y los del sur.

Aun así, queda evidente que todavía será necesaria una buena dosis de capital para lograr los objetivos marcados: 4,3 trillones de dólares por año hasta 2030 es el gap para lograr la transición energética, y el monto asciende a 5 trillones de dólares por año hasta 2050 para alcanzar el objetivo net zero. Por esa razón, el consenso de UAE hace referencia a la necesidad de reformar la arquitectura financiera multilateral, con fuentes nuevas e innovadoras de financiación.

Las ambiciones señaladas en el acuerdo lanzan un mensaje claro a los mercados, que ahora pueden ver hacia dónde se va a dirigir el capital, la regulación y las posibles sanciones, y les señalan nuevas oportunidades de inversión, por lo que se espera poder contar también con las entidades privadas en este nuevo modelo financiero de la descarbonización, y que esto favorezca el desarrollo de nuevas soluciones y escalarlas con mayor celeridad.

Por otro lado, la adaptación, como en las últimas dos ediciones, ha ocupado gran parte del tiempo y la atención de esta COP, tanto dentro como fuera de las negociaciones. El trabajo para definir el objetivo global de adaptación nos ha tenido en vilo, pues hasta muy entrada la segunda semana no estuvo disponible el texto. Finalmente, el resultado ha sido de nuevo hito histórico al incluir un objetivo y enfatizar el rol de la naturaleza en los procesos de adaptación.

De nuevo será la financiación, junto a la tecnología y la creación de capacidades, lo que haga viable el logro de las metas de adaptación. Y la naturaleza se propone como la llave maestra. Así, se han establecido objetivos a 2030 para la seguridad de agua, la restauración de los ecosistemas y bosques, y la salud. También tienen su espacio las montañas y los océanos, para los que se pide un plan de restauración, pero que también pueden ofrecer acciones para la mitigación.

Objetivos de adaptación

Y es que más que nunca en esta COP, la mitigación y la adaptación, junto a las pérdidas y daños y la transición justa, se han entrelazado una y otra vez. Un paquete equilibrado es lo que pedía la presidencia, y lo han logrado con este acuerdo.

Esos objetivos de adaptación a 2030 incluyen evaluar los fenómenos climáticos, los impactos, la exposición a los riesgos, el diseño de instrumentos políticos y estrategias, los sistemas de alerta temprana y de información, los planes de adaptación, y la reducción de los impactos. Y es que las necesidades financieras para la adaptación crecen año a año y se estima que serán necesarios entre 215 y 387 billones de dólares anuales hasta 2030. Y, como detalle, Colombia se ha ofrecido a organizar la COP16 de biodiversidad a finales de 2024.

Con la vista puesta en la COP29

Con todo esto, la COP29, que se celebrará en Baku, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre de 2024, será el momento de empezar a definir los nuevos compromisos nacionales, los NDC, que deberán ser presentados en 2025 y para los que ya se propone que incluyan todos los gases, todos los sectores y categorías para asegurar la reducción de emisiones en toda la economía, acorde al límite de 1,5º, según las circunstancias de cada país.

REACCIONES AL ACUERDO DE LA COP28

Un acuerdo global, en definitiva, que marca un antes y un después y que ha sido celebrado por los líderes mundiales. En Europa, Ursula von der Leyen ha afirmado: “es una buena noticia para todo el mundo que ahora tengamos un acuerdo multilateral para acelerar las reducciones de emisiones netas hacia cero para 2050, con acciones urgentes en esta década crítica […] 2023 ha sido el año más caluroso jamás registrado, por lo que es apropiado que también le hagamos el año más ambicioso jamás registrado para la acción climática.”

El lema de esta COP ha sido Unite. Act. Deliver. Y como el presidente Al Jaber ha recordado al finalizar, “un acuerdo es tan bueno como lo es su implementación. El consenso es solo el principio”. Ahora toca seguir trabajando para llevar a las políticas y a la economía real estos compromisos, con la flexibilidad mostrada en esta cumbre, en la que, a la sombra buena de un objetivo común, muchos han hecho alianzas en grupos con visiones comunes a los que otros se irán sumando.