Septiembre es tradicionalmente el mes de la vuelta al cole. Para los adultos es una época propicia para reflexionar sobre nuevos objetivos y propósitos, entre los que están formarse y profundizar en los conocimientos adquiridos, incrementando el nivel de capacitación.

En los sectores más avanzados tecnológicamente, sujetos a constantes avances, es frecuente impulsar actividades formativas para que potenciales clientes conozcan o utilicen correctamente sus productos o servicios. Esto sucede, por ejemplo, en el sector aeronáutico, donde los fabricantes de aviones suelen realizan cursos de formación para que los pilotos se capaciten con las nuevas funcionalidades y procedimientos de sus aeronaves.

Demostrar la necesidad y vinculación de la formación con los productos o servicios de la organización es una cuestión clave para evitar que sea interpretado como una liberalidad.

En el siguiente video de esta Serie analizo cuándo la cobertura de acciones formativas para terceras partes, susceptibles de tomar decisiones en benefico de la organización, pueden considerarse un obsequio, y algunas cautelas a considerar.

¿Cómo adaptarte a las novedades en Compliance?