La ‘nueva’ función del CFO: ¿hacia dónde vamos?

Los retos a los que se han tenido que enfrentar las empresas en estos últimos años han puesto de manifiesto que la digitalización es una prioridad para asegurar la competitividad y el crecimiento. Los CEOs y los responsables de negocio lo tienen claro y así se desprende del informe ‘Perspectivas España 2023’ de KPGM: la digitalización sigue siendo una prioridad estratégica para el 58% de los directivos encuestados. Y encabeza también las previsiones de inversión, con dos de cada tres empresarios (67%) que afirman que su organización invertirá en este ámbito en 2023. En este sentido, están apostando por nuevos negocios, por la diversificación de nuevos productos y servicios o por el desarrollo de nuevas plataformas y canales digitales.

Dentro de este impulso a la digitalización, las áreas financieras de las organizaciones han sido y son una pieza clave para asegurar la sostenibilidad del negocio en este tiempo de transformación y disrupción, aunque en la mayor parte de los casos se han priorizado las inversiones en negocio y no tanto en su propia función. Pero los CFOs son conscientes de que su rol debe evolucionar. De hecho, el 77% de los CFOS identifica la transformación digital como segundo ámbito de prioridad para los próximos 3 años, únicamente por detrás de su apuesta por afianzar su rol como advisor / partner del negocio (80%), según el estudio ‘La Transformación de la Función Financiera’ en las empresas españolas, realizado por KPMG junto a Workday.

Transformar la función del CFO: el momento es ahora

Y es que la transformación de la función financiera se encuentra hoy ante su gran oportunidad, por varias razones:

  • La Función está adquiriendo una relevancia creciente y una mayor expectativa por parte de la C-suite. Se espera que el área de Finanzas siga aportando criterio, anticipación de riesgos y visión, especialmente en tiempos de volatilidad, como el que es probablemente sigamos viviendo.
  • Finanzas tiene que jugar un papel relevante en la transformación de toda la compañía y debe estar preparado para ello. Porque quedarse atrás no es una opción. Y por ello hay debe liberar tiempo y recursos cualificados para participar en proyectos transversales.
  • La evolución de la tecnología y el portfolio de soluciones robustas de que dispone a el área financiera para llevar a cabo su transformación.
  • Es una demanda de los equipos financieros, que todavía soportan una carga de trabajo transaccional y administrativa excesiva.
  • Es necesario para atraer nuevo talento que espera incorporarse a equipos que se apoyan en la tecnología y que se rigen por nuevas formas de trabajo. Esto es esencial para alcanzar un mix óptimo de perfiles y experiencia para apuntar hacia el futuro.

Ingredientes para una transformación efectiva de la función

Es ahora el momento de priorizarlo en la agenda, pues no hacerlo puede implicar quedarse demasiado atrás con respecto a otras áreas de la compañía y comprometer el desempeño en el rol esperado. Para ello es necesario cuestionarse la forma en la que se ha venido operando en los últimos años, y tratar de reducir la complejidad con la que se convive tradicionalmente en las áreas financieras para apostar por un cambio de modelo operativo soportado por nuevas tecnologías. Sin estos ingredientes, se harán cambios y mejoras, pero no se abordará una Transformación.

Hacia la función financiera del futuro

Hoy, más que nunca, una nueva realidad es posible. Una que se acerca mucho a la visión futurista de la función financiera que vislumbrábamos hace unos años y que se caracteriza por:

  • Una automatización total de las actividades transaccionales, combinando las capacidades de los nuevos ERPs con tecnologías de automatización inteligente (RPA, Machine Learning, AI) y minería de procesos. Porque los procesos de cierre diario, o en tiempo real han dejado de ser tan inalcanzables.
  • Una integración de datos financieros con los datos operativos y de negocio, lo que permite no solo una explicación de los resultados, sino la generación de escenarios y previsiones de manera más directa y fiable.
  • Un uso real de la analítica de datos avanzada, tan necesaria en Finanzas para identificar excepciones, anticipar riesgos, perfilar relaciones causa-efecto y, sobre todo, conseguir una visión “looking forward” mediante la generación automática de escenarios predictivos y prescriptivos. En definitiva, se trata de predecir con precisión.
  • Un reporting “inteligente” que presenta la información verdaderamente relevante para lo toma de decisiones y que sugiera acciones. Pero que también se adapte fácilmente a las necesidades de cada stakeholder, que son cada vez más cambiantes y lo van a seguir siendo.

En definitiva, la función financiera debe estar integrada por un equipo humano enfocado en el análisis y prescripción de acciones para el negocio, que participe en proyectos estratégicos de carácter transversal, con conocimiento y capacidad de uso natural y cotidiano de nuevas tecnologías, que resultarán imprescindibles para el avance del área en concreto y de la organización en general.