Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá: “Las empresas turísticas debemos ser un motor para el desarrollo social, la equidad y la inclusión”

El sector turístico, clave en el tejido productivo español, se está transformando para dar respuesta a un nuevo perfil de cliente más concienciado. Para mantener el liderazgo en este nuevo contexto, Gabriel Escarrer se apoya en el profundo conocimiento de un sector que le ha visto crecer. Su apuesta de futuro pasa por seguir avanzando en la digitalización, ganar eficiencia operativa y optimizar costes, siempre integrando en la toma de decisiones los principios de sostenibilidad y creación de riqueza y empleo de las comunidades donde están presentes.

PREGUNTA. La sostenibilidad está adquiriendo una importancia creciente en la decisión de compra del viajero, cada vez más informado y exigente y que opta con mayor frecuencia por destinos y establecimientos respetuosos con su entorno. ¿Qué cambios está generando esta tendencia en el sector turismo?

RESPUESTA. La pandemia ha acelerado la toma de conciencia social y medioambiental de los ciudadanos, y las empresas tendremos que estar a la altura de su exigencia, apostando por un turismo sostenible, comunicándolo mejor y haciendo partícipes de las buenas prácticas a nuestros clientes, y apostando por la coherencia y el rigor, evitando el greenwashing, un riesgo y una tendencia que nos resta credibilidad.

Por ello, ahora más que nunca, además de producir un impacto positivo en el entorno, las empresas turísticas debemos ser un motor para el desarrollo social, la equidad y la inclusión. El gran reto es hoy integrar la sostenibilidad en toda la cadena de valor, contribuyendo a luchar contra el cambio climático, y aprovechando nuestro potencial para crear y redistribuir la riqueza y generar empleo y cohesión social en las comunidades en las que nos implantamos.

En este sentido, la digitalización constituye una oportunidad para atraer y fidelizar a este nuevo tipo de viajero con nuevas demandas y formas de relacionarse con las compañías. ¿En qué aspectos de esta transformación crees que es prioritario que las compañías pongan el foco y qué tecnologías consideras clave en este proceso?

La transformación digital de nuestra sociedad es algo que ya veníamos observando desde hace un tiempo, y que la COVID-19 ha provocado que se impulse drásticamente. Por suerte, en Meliá ya llevábamos años realizando una fuerte apuesta por la digitalización, con un claro foco en nuestros canales de venta y distribución. Este hecho nos ha dotado de una clara ventaja competitiva durante la crisis, por lo que nuestra visión estratégica actual incluye como prioridad culminar la transformación digital integral de la compañía.

Para ello, en 2019 lanzamos un programa que hemos denominado ‘BeDigital360’ y en el que incluimos actuaciones en todos los ámbitos de la compañía. Esto significa incluir iniciativas ligadas con nuestra capacidad comercial con nuestros procesos de front office y de back office, y con la propia experiencia digital del cliente, haciendo que sean más ágiles y eficientes gracias a las oportunidades que las nuevas tecnologías como, por ejemplo, la automatización de procesos (RPA) ponen a nuestra disposición.

"El propósito expresa nuestro compromiso con la sociedad y el medioambiente, y es de facto, la guía estratégica que debe inspirar nuestra actuación a largo plazo"
La reputación de una compañía reside en su capacidad para generar confianza en todos sus stakeholders, especialmente en momentos de incertidumbre y transformación como el actual. En tu opinión, ¿qué papel está desempeñando el propósito en la toma de decisiones estratégicas de las compañías?

La tendencia a potenciar el propósito corporativo, que vincule los objetivos de negocio con el impacto social, ético y ambiental, en la estrategia y la gestión de las empresas es, afortunadamente, una tendencia creciente. El propósito expresa nuestro compromiso con la sociedad y el medioambiente, y es de facto, la guía estratégica que debe inspirar nuestra actuación a largo plazo.

En nuestro caso, el propósito de avanzar “hacia un turismo sostenible, desde un turismo responsable” se sitúa por encima de nuestra visión a tres o cuatro años, le otorga coherencia y enmarca nuestra estrategia, aportando continuidad en nuestra gestión responsable y sostenible, ante todos los grupos de interés, más allá de la estricta generación de valor económico para la empresa y para los destinos y las comunidades.

El sector turismo, clave en la economía española, se encuentra inmerso en un proceso de transformación para adaptarse a un nuevo entorno, con un nuevo tipo de viajero más digitalizado y preocupado por la sostenibilidad. Este contexto implica también desarrollar una nueva cultura en la compañía. En tu opinión, ¿en qué ámbitos hay que incidir para que todos los profesionales sean partícipes de ese cambio?

En Meliá, la pandemia nos hizo plantearnos una respuesta dual: a corto plazo, un plan de contingencia para mitigar los impactos de la crisis y potenciar nuestra resiliencia; y a medio y largo, una revisión y “reseteo” de todo lo que hacíamos, dejando intactos únicamente nuestra visión estratégica 2030, nuestra marca y nuestros valores. Del proceso surgió una nueva hoja de ruta que engloba varias transformaciones dirigidas a mantener nuestra fortaleza y liderazgo: culminar la trasformación digital, evolucionar hacia un modelo organizativo más digital y eficiente, y profundizar en la integración de la sostenibilidad en la gestión.

Para abordarlo es imprescindible involucrar a nuestras personas, por lo que todos estos procesos van acompañados de un programa de comunicación, acompañamiento, formación, y gestión del cambio, tanto material, tecnológico y organizativo, como cultural.

"Para ser más resilientes hay que ser aún más ágiles y flexibles, y la forma de lograrlo es apostando por la digitalización, la eficiencia de la organización, y un equilibrio entre costes variables y fijos"
Entre los aprendizajes que ha dejado consigo la última crisis se encuentra la necesidad de aumentar la resiliencia del tejido productivo español para limitar el impacto de eventos disruptivos e inesperados. ¿Qué medidas consideras imprescindible abordar para alcanzar este objetivo?

Aunque en Meliá ya estábamos preparados para las turbulencias de un entorno volátil y complejo (VUCA) antes de la COVID-19, esta crisis resultó ser un auténtico “tsunami” y superó todas nuestras previsiones. Hemos aprendido que para ser más resilientes hay que ser aún más ágiles y flexibles, y la forma de lograrlo es apostando por la digitalización, la eficiencia de la organización, y un equilibrio entre costes variables y fijos que, en ausencia de ingresos, pueden representar una carga financiera inasumible. Por ello, en Meliá estamos reorientando la visión estratégica hasta 2023, (año en el que estimamos recuperar los niveles de actividad e ingresos del 2019) haciendo hincapié en esas tres palancas de resiliencia. Todos estos esfuerzos deben llevarnos a una mejora consistente de nuestra rentabilidad operativa.