Antonio Huertas, presidente de Mapfre: “La formación tiene que orientarse a la empleabilidad presente, pero sobre todo a la futura”

Antonio Huertas ha sido testigo privilegiado de cómo el sector asegurador ha sabido transformarse y dar respuesta a una sociedad cambiante. Para continuar esta senda de crecimiento, el directivo pone énfasis en aprovechar las oportunidades que brinda la tecnología y en adaptar la formación a las aptitudes que requiere el entorno. Entre los aprendizajes con los que construir un futuro más resiliente y sostenible, el primer ejecutivo valora la colaboración y el trabajo conjunto de todos los actores de la sociedad.

PREGUNTA. El último año ha puesto de manifiesto que los grandes retos que afronta la humanidad requieren respuestas globales, con las siglas ESG adquiriendo una mayor relevancia en las demandas de inversores, gobiernos y la propia sociedad. En tu experiencia, ¿cómo se están integrando estos criterios en la toma de decisiones estratégicas y qué papel tendrán la cooperación global y la colaboración público-privada en la consecución de estos objetivos comunes?

RESPUESTA. En los últimos tres años de la década anterior, una vez superada la crisis económica desencadenada a partir de la caída de Lehman Brothers, el mundo había acelerado la sensibilización global de que había que parar la destrucción del planeta, que se debería hacer un nuevo contrato social más justo, inclusivo e igualitario, y que los modelos de gobernanza de todo tipo de instituciones tenían que ser más transparentes y equitativos. Y que la reorientación de las finanzas hacia una vocación de sostenibilidad podían ser el cauce de esta transformación junto con acciones globales como las Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Todo eso no puede pararse. Hemos tenido un punto y seguido, y hay que continuar con ese compromiso de sostenibilidad global que habíamos empezado a asumir. Y una de las lecciones de la pandemia, es que ningún Estado ni Institución ha podido salir en solitario, el mundo se ha unido para combatir un virus y esto es lo que explica que tengamos ya unas vacunas que en el pasado habrían necesitado lustros para desarrollarse.

Dentro de los grandes avances tecnológicos recientes, la analítica de datos es uno de los que presenta mayor potencial, pero también de los que exige mayor responsabilidad. ¿De qué forma se puede hacer compatible el aprovechamiento de los datos sin menoscabo de la seguridad y privacidad de los usuarios?

El análisis del dato se ha convertido en un reto apasionante para todas las empresas, instituciones, gobiernos e incluso partidos políticos, que gestionamos información de clientes, potenciales, o ciudadanos. Junto con la inteligencia artificial, el big data nos puede ayudar a transformar nuestros procesos, para hacerlos más eficientes, lo que a su vez permitirá reducir los tiempos de atención del cliente y ofrecerle una atención más personalizada.

En Mapfre estamos trabajando en el potencial de los datos desde todas las vertientes, desde el gobierno y la calidad del dato, hasta la explotación de los mismos a través de modelos predictivos. Este es un camino abierto que no se va a cerrar, y lo que tiene que haber es regulación sobre el mismo exigente y, sobre todo, homogénea en todos los puntos del planeta, porque tenemos que competir todos con condiciones similares, ya que el mercado es global.

"Hemos tenido un punto y seguido y hay que continuar con el compromiso de sostenibilidad global que habíamos empezado a asumir"
Los diferentes grupos de interés de las empresas son cada vez más exigentes respecto a cómo las empresas aportan valor a la sociedad con su actividad, y esperan de ellas que sepan transmitir una visión estratégica que contemple mucho más que la evolución financiera. A tu modo de ver, ¿cómo se puede conjugar esta mirada a largo plazo con la gestión de las tensiones del presente?

Lo que mejor protege la reputación de una compañía es la transparencia y el establecimiento de relaciones de confianza con todos los grupos de interés. La exigencia es siempre bienvenida, los accionistas porque te están confiando su dinero, los empleados y colaboradores, porque son copartícipes de su futuro, los medios de comunicación, la sociedad en general, son los que nos evalúan y dan pistas para entender mejor nuestra actividad y valorarla.

Las empresas deben tener un rumbo, un plan estratégico que garantice rentabilidad sostenible para el presente, con todas sus dificultades, pero también para el futuro.  Nosotros trabajamos para ser siendo en el futuro una aseguradora global con identidad propia y perdurable, rentable para sus grupos de interés y, muy especialmente, socialmente rentable allí donde estamos presentes.

Conforme nos adentramos en la digitalización se va a haciendo más necesario atraer a perfiles muy demandados, favorecer la formación y la recapacitación de la fuerza laboral y anticipar las habilidades que serán necesarias a futuro. Todo ello en un mercado que cuenta con un problema de desempleo juvenil y de larga duración como es el caso de España. En tu opinión, ¿qué medidas pueden ayudar a mejorar esta realidad y lograr un mercado laboral más fuerte y resiliente?

El talento es el nuevo “patrón oro” de la economía. No solo tienes que ser capaz de atraerlo, sino sobre todo de retenerlo y que además esté alineado con los principios y valores de tu compañía. España, como casi todo lo relacionado con la educación y con la formación, tiene en esto una asignatura pendiente. Sigue habiendo una brecha entre el modo en que invertimos los recursos de formación, y el resultado que se obtiene, especialmente en relación a las nuevas profesiones.

Los profesionales que no estamos formando bien, los tendremos que importar, pero además estaremos invirtiendo en una generación de personas frustradas que verán cómo, a pesar del esfuerzo, los puestos mejor retribuidos quedan fuera de su alcance. La formación tiene que orientarse a la empleabilidad presente, pero sobre todo a la futura.

"El análisis masivo de datos permite a las compañías explorar patrones, tendencias y correlaciones que un tiempo atrás hubiera llevado años descubrir"
El sector asegurador ha demostrado una importante capacidad de adaptación en un periodo marcado por una incertidumbre sin precedentes. ¿Qué factores han favorecido esta buena adaptación general del sector a una situación tan disruptiva como la vivida? ¿Qué pueden aprender de él otros sectores para el futuro?

Durante la pandemia, el sector asegurador ha tenido un comportamiento ejemplar. Las aseguradoras hemos demostrado que nuestra labor no se limita solo al fin económico que debe perseguir cualquier empresa, cubrir las necesidades de nuestros clientes y generar un beneficio para nuestros accionistas, sino que va más allá. Trabajamos para, además, generar un dividendo social cuando la sociedad más lo necesita.

Hemos destinado numerosos recursos para contribuir a luchar contra la pandemia y paliar los graves efectos económicos y sociales que está generando. Somos un sector confiable, pase lo que pase, el seguro siempre estará ahí cumpliendo con todos sus compromisos. Esto es una garantía especialmente valorada cuando todo se desestabiliza, como ha sucedido en las últimas crisis económicas globales. Somos también soporte de otros sectores en la medida que aseguramos sus riesgos y compensamos o atenuamos sus daños.  Creo que otros muchos sectores tienen actuaciones similares y no se trata tanto de aprender unos de otros, sino sobre todo de sumar esfuerzos.