El 23 de febrero venció el plazo de presentación de proyectos al Sandbox regulatorio con un total de 67 solicitudes y muchas pistas sobre los aspectos claves para garantizar el éxito de este laboratorio para la innovación financiera que impulsa el Ministerio de Economía.

El alto nivel de proyectos presentados por parte de las entidades financieras, aseguradoras y compañías Fintech pone de manifiesto que desarrollar focos de innovación es clave para acelerar la transformación del sector financiero y posiciona a aquellas geografías innovadoras como líderes en la atracción de negocio y adopción de nuevos modelos, productos y servicios.

Sin embargo, a pesar de que el Sandbox lleva años siendo una petición del sector, parece que los organismos reguladores se han visto sorprendidos por esta buena acogida, manifestando que revisarán los proyectos de un modo muy riguroso y aceptarán un número reducido de candidaturas en esta primera oleada. Existen diversas razones tales como recursos y tiempos limitados por parte del regulador, pero también riesgos sobre el nivel de madurez y aportación de valor por parte de los solicitantes.

Para tranquilidad de los solicitantes que pudieran no ser aceptados en esta primera convocatoria, los reguladores han manifestado que habrá candidaturas que podrán ser aceptadas en la próxima convocatoria, que se llevará a cabo dentro de 2021, con las modificaciones y aclaraciones oportunas. Lo que demuestra el interés por analizar todas las propuestas que realmente aporten valor, adecuando los esfuerzos a los recursos disponibles por parte de las autoridades competentes.

Con respecto a los tipos de proyectos, se espera observar una coexistencia de iniciativas presentadas por Fintech o entidades de forma individual, junto con candidaturas conjuntas, lo que es un claro síntoma de madurez del sector.

Centrándonos en la tipología de soluciones y productos que han presentado candidatura para participar, estos se han centrado en proyectos de biometría, Blockchain, aplicaciones de inteligencia artificial y lanzamiento de nuevos productos digitales, entre otros. Todos ellos buscan superar barreras regulatorias actuales y obtener certificaciones que les habiliten para utilizar estas innovaciones en el mercado fuera del Sandbox con plenas garantías para los consumidores, empresas y entidades financieras.

Esperamos que en las próximas ediciones, tal como ha ocurrido en otros Sandbox como el de Reino Unido, los proyectos aporten un grado adicional de disrupción en productos y servicios que lleguen al consumidor y le aporten un valor diferencial o nuevo, como sería por ejemplo soluciones alrededor de los criptoactivos y monedas digitales (en sus diferentes modalidades).

Pero el alto nivel de actividad que se espera alrededor de la figura del Sandbox es tan solo un factor más de la aceleración que está experimentando el sector desde el inicio de la pandemia. De acuerdo con el último informe global Pulse of Fintech de KPMG, se observan una serie de tendencias clave centradas en la explotación de los datos, los servicios B2B, o la concentración del sector en compañías como modelos de negocio B2C.

Los modelos basados en datos y transacciones van a seguir siendo los grandes protagonistas en términos de crecimiento del sector. La adopción de nuevos hábitos y estilo de vida empujados por la pandemia potencia modelos de negocio digitales, en los que la explotación de los datos ayudará a los consumidores y las empresas a la utilización de los servicios financieros con un alto nivel de personalización y con la mínima fricción en el uso y contratación de estos.

Por otro lado, las soluciones B2B siguen potenciando la relación entre grandes incumbentes y Fintech. Permiten acelerar la transformación digital y ofrecen servicios de alto valor añadido. Además, se espera que se siga potenciando el concepto de Banking as a Service (BaaS) y Open Banking, en el que los servicios financieros irán embebidos en la propia oferta de productos de terceros a través del uso de APIs.

En este contexto, España tiene la oportunidad de empezar a jugar un papel importante en el escenario europeo. Si esta primera selección de candidaturas demuestra éxito, las próximas ediciones atraerán más proyectos internacionales, captando las necesidades hasta ahora han cubierto otros Sandbox (como es el caso lituano), creando en España más empleo y conocimiento innovador de servicios financieros.

Finalmente, tras la aprobación de los proyectos que entran en esta primera etapa del Sandbox, es clave que los reguladores españoles doten a esta iniciativa del presupuesto y equipo necesario para acompañar y validar las diferentes soluciones y conseguir que la innovación llegue el mercado. Sin duda, ha llegado la hora de la verdad del Sandbox.

Tribuna publicada originalmente en Expansión el 13 de abril de 2021.