Emprendimiento millennial en tiempos de crisis: ¿oportunidad o temeridad?

Pertenecer a una generación que ha hecho frente a dos crisis económicas, pero que también ha dado lugar a una nueva forma de ver la vida. La generación millennial afronta de nuevo un periodo incierto ante la crisis de la COVID-19, que dificulta su acceso al mercado laboral, incrementa las cifras de precariedad y sin duda pone difícil la puesta en marcha de nuevas ideas. Pero su digitalización también permite a esta generación ver oportunidades donde muchos solo ven dificultad.

Es el caso de Cabify, que apostó por desarrollar una idea innovadora en plena crisis española. Inició su camino en 2011 con la idea de transformar las ciudades ofreciendo una alternativa al vehículo particular, y una década después puede presumir de haberse convertido en el primer ‘unicornio’ español, el apelativo para las compañías valoradas por encima de los mil millones de dólares.

Sin duda, alcanzar esta meta no ha sido fácil en un camino que continúa plagado de retos. Aunque al mirar hacia el futuro, su CEO y fundador, Juan de Antonio, se muestra confiado. “En primer lugar es importante saber cómo define el éxito cada uno, porque en nuestro caso nos costó despegar, sufrimos mucho, pero sentíamos que trabajábamos por algo que era importante para nosotros”, afirmó en el marco del evento ‘Millennials, la generación que cambiará el mundo’, organizado por KPMG.

En este sentido, para Juan de Antonio la crisis no debe frenar la puesta en marcha de iniciativas. “Crisis habrá siempre, pero hay que tener claro que también habrá oportunidades: todas las industrias se reinventan y mi recomendación es aprender, formarse y capacitarse para el momento en el que sientas que estás preparado para luchar por lo que para cada uno sea relevante”, aseguró.

“En todas las crisis surgen necesidades que se pueden ver como oportunidades” Laura Lozano, cofundadora y CEO de Chargy

En la misma línea se manifestó Laura Lozano, cofundadora y CEO de Chargy. “La anterior crisis me pilló de lleno y me planteé darme a mí misma la oportunidad que no encontraba en el mercado laboral”, recuerda, al tiempo que subraya el mantra de que “en todas las crisis surgen necesidades que se pueden ver como oportunidades”.

“Un día levanté la cabeza del teléfono y me di cuenta de que todos los que me rodeaban tenían la misma necesidad que yo de cargar su batería -vivimos pegados a los teléfonos móviles- y que las empresas necesitan conocer mejor a sus clientes, y lo vi clarísimo. Pensé, aunque otras empresas grandes no lo hayan hecho todavía, ¿por qué no voy a apostar por mí?”, relató.

Ese ‘clic’ en la cabeza, que da comienzo a numerosos caminos de emprendimiento, también le sucedió a Claudia de la Riva, fundadora de Nannify. “A raíz de mi maternidad valoro más el tiempo, y me di cuenta de que los mismos problemas que tenía yo de encontrar niñeras de confianza le sucedía a más gente”, sostuvo, recordando cómo nació la plataforma online de búsqueda de ‘nannys’, que hoy en día es una plataforma online de aprendizaje y entretenimiento para los niños como consecuencia de otro ‘clic’, esta vez fruto de una necesaria reinvención para paliar los efectos de la COVID-19.

Adaptarse para sobrevivir

Y es que, en el camino del emprendimiento millennial, sin duda la adaptación es otra de las máximas para alcanzar el éxito. El entorno cambia, los usuarios evolucionan, y surgen disrupciones que cambian las reglas del juego, como sucedió el año pasado con la irrupción de una pandemia. “Nos tocó reinventarnos en menos de 48 horas, ya que de repente no iba a haber ocio ni desplazamientos que era lo que motivaba nuestro negocio, y entre todo el equipo pasamos a ser Nannify TV, una plataforma orientada a mejorar la conciliación, permitiendo a los niños socializar entre ellos y que a la vez estén cuidados”, explicó.

“Nos tuvimos que reinvertar en menos de 48 horas, lo que motivaba nuestro negocio se acababa con la pandemia” Claudia de la Riva, dundadora de Nannify

También ha dado un giro Chargy, cuyo core de negocio dependía de la presencia de gente en lugares de ocio, turismo y restauración. “Pensamos que en toda crisis hay oportunidades, nos ayudó a no relajarnos y a buscar nuestras ideas, y ahora estamos apostando muy fuerte por el concepto smart city, introduciendo nuestra tecnología en elementos urbanos. Nuestra ventaja es que producimos y diseñamos desde cero, por lo que podemos reinventarnos poniendo el foco siempre en los datos”, afirmó Laura Lozano.

Este enfoque de diseñar y producir la totalidad del producto es el concepto básico de Bernat Ripoll, cofundador y co-CEO de Holded, un innovador software diseñado para pequeñas y medianas empresas. “Comenzamos creando un producto diferenciador y con ventaja competitiva, con un interfaz cuidado, sin buscar tanto vender o hacer anuncios sino disponer del mejor producto posible ya que era muy complicado conseguir inversión”, relata.

Proyectos para una mentalidad diferente

La atracción y retención del talento es uno de los retos que más preocupa a las compañías, y que también afecta a las start-ups. Las generaciones más jóvenes cuentan con una mentalidad diferente del tradicional empleado para toda la vida, a lo que se une la incertidumbre sobre cómo serán los empleos del futuro, dada la velocidad a la que evoluciona la economía y la sociedad.

“Es cierto que la digitalización nos hace más impacientes, queremos las cosas ya, y esto se relaciona en el ámbito laboral. La dificultad de la retención del talento la sufrimos cada día, es complicado como empresa formar a empleados y una vez que ya cuentan con una inercia se marchen a otras compañías que cuenten con herramientas más llamativas”, relató Claudia de la Riva.

Aunque la fundadora y CEO de Nannify se mostró convencida de la necesidad de dar “oportunidades” a la gente joven. “Más que una experiencia específica, me gusta contar con capacidades como la asertividad, la empatía, el hecho de ser autodidacta… Y me gusta dar oportunidades, porque a todos nos ha costado encontrar trabajo”, aseguró.

“Tenemos que tener en cuenta que somos una generación que lo queremos todo a un ‘clic’ y que creemos que un delivery de dos días es lento… Pero, sobre todo, a la hora de buscar trabajo es importante tener en cuenta que se tiene acceso a toda la información, y en muchos casos los millennials cuentan con estar en una empresa un máximo de un año y medio”, explicó Bernat Ripoll, para quien la clave pasa por el proyecto.

“La contratación es muy competitiva, pero hay que intentar que se queden por el proyecto” Bernat Riopoll, cofundador y co-CEO de Holded

“La contratación se complica y es muy competitiva, pero las empresas tienen que evolucionar y tratar de conseguir que sus profesionales se queden porque les interesa el proyecto, el aspecto cultural es muy importante. Disponer de buenos equipos es la clave del éxito… y, al mismo tiempo, es lo complicado”, planteó.

Para Laura Lozano, cuando una start-up no puede competir con la capacidad económica de una gran compañía tecnológica, entran en juego otros factores como la participación. “Nosotros apostamos por tener en consideración a nuestros empleados, invitándolos a participar, teniendo en cuenta sus ideas, haciendo que sientan el proyecto como propio. Esto pasa por darles la libertad de hablar de lo que les importa y otorgarles el mérito de los proyectos”, aseguró.

Por su parte, Juan de Antonio valoró positivamente la diversidad, también de edad. “Es importante contar con un rango de edad amplio, para disponer de todas las habilidades técnicas necesarias en cada una de las etapas por las que atraviese la compañía”, afirmó. Pese a que Cabify ostenta el título de primer unicornio español-, retener el talento continúa siendo un reto.

“El cambio no es malo, es importante tener capacidad de reinvención y adoptarlo como algo positivo” Juan de Antonio, CEO de Cabify

“Pese a ser una empresa grande, el porcentaje de salidas se mantiene o incluso crece, ya que siempre va a haber compañías más grandes que tú, e incluso gente que opta por el camino de emprender. Recuerdo un momento en el que nos resultaba muy difícil hacer crecer el equipo de Tecnología, hasta que al final dimos con la tecla cultural”, relató.

Sin embargo, el CEO y fundador de Cabify valoró los aspectos positivos de la rotación del talento. “El cambio no es malo, es importante tener capacidad de reinvención y adoptarlo como algo positivo ya que es crucial para las compañías. Aunque es cierto que necesitamos estabilidad, y eso viene de a mano de los valores, el propósito y la cultura”, indicó.

Visualizando el futuro

En el ejercicio continuo de adaptarse y visualizar cómo será el futuro para anticipar las necesidades de sus clientes, las start-ups presentes en el evento lo tienen claro: la tecnología y los datos serán la clave. “Los datos son oro, y las empresas que mejor conozcan a su público son las que van a ganar, ya que pueden predecir qué quieren sus clientes. Es importante conocer a los clientes de forma individual para darles lo que cada uno quiere, y muchas empresas conocen el perfil de su público a raíz del análisis de pedidos online pero no a su público offline”, afirmó Laura Lozano.

En este sentido, Bernat Ripoll subrayó la relevancia de la automatización. “Las compañías y sus profesionales se centran en la aportación de valor, que es lo realmente relevante, tomando decisiones con mejor información, por ejemplo, solicitando préstamos conociendo todas las condiciones al disponer de un agregador de bancos en un panel de control que también te detecte qué empleados tienen más productividad”, explicó.

Respecto al sector de la automoción, Juan de Antonio auguró el fin del concepto de la propiedad. “Aunque los años 80 visualizábamos que a estas alturas estaríamos conduciendo vehículos voladores y todavía tenemos cuatro ruedas en los coches, sí que se producirán cambios que eliminen el concepto actual de un coche, que en la actualidad más que un elemento de libertad supone uno de preocupación”. “En el futuro utilizaremos una red común de vehículos por la que pagaremos un paquete de kilómetros e incluirá coches, bicicletas, etc”, aseguró.

Por su parte, Claudia de la Riva apostó por una educación que cuente con un mayor apoyo de la digitalización, que combine la tecnología y la interacción humana y que se adapte más a las necesidades de cada uno de los alumnos. “La educación está obsoleta, no solo en el colegio sino también en las universidades, se basa en estereotipos y lo fundamental es encontrar herramientas con las que se aprenda sin sentirlo como una obligación, generando inquietudes, dando oportunidades y desarrollando diferentes inteligencias”, concluyó.