Como no puede ser de otra manera, el sector del fútbol profesional se ha visto significativamente impactado por los efectos de la pandemia. En este sentido, cabe resaltar que los clubes se han visto privados del rendimiento económico que les venía generando el día del partido. Esta bajada de los ingresos recurrentes se ha visto temporalmente compensada por la solidaridad de todos los trabajadores de los clubes, jugadores y no jugadores, reduciendo sus salarios. No obstante, en general, puede decirse que gracias al control económico ejercido por LaLiga y a un criterio de prudencia general marcado por la incertidumbre, la mayoría de los equipos no están teniendo problemas para sortear las dificultades que ha traído la pandemia.

El impacto de la pandemia ha sido relevante en ingresos considerados como recurrentes en los clubes. Si nos fijamos, históricamente estos ingresos han sido muy significativos en la práctica totalidad de la facturación de los clubes, más allá de los premios económicos que pudieran conseguir por títulos deportivos. A esos ingresos se les han ido sumando otros como patrocinios de estadio y camisetas, compra de artículos por internet, etc…

Pero ha llegado la hora de que los clubes den una vuelta más de tuerca al sistema y trabajen en establecer nuevos ingresos que puedan considerarse como recurrentes: máxima utilización de las instalaciones de los equipos (estadios y ciudades deportivas), digitalización del club, incluso inversión en cantera. La máxima utilización de los estadios y su digitalización puede y debe ser el punto de partida de nueva generación de ingresos, pues puede decirse que son grandes estructuras que en la actualidad están infrautilizadas y sobre las cuales los grandes conjuntos ya han demostrado que merece la pena invertir (Ej. Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao, Real Sociedad y Real Madrid).  La inversión en digitalización y en sportainment podrían atraer a la industria a nuevos sectores de población y en consecuencia a nuevos patrocinadores.

En este proceso de ampliar la base de ingresos, sin duda el hecho de prohibir la publicidad de las casas de apuestas tiene un efecto negativo a corto plazo en la estructura de varios de los clubes. Sin embargo, el sector siempre ha respondido de manera ejemplar y sabrá adaptarse a este hecho ya que se trata de un sector con un atractivo sin discusión. Se trata de una normativa que en cualquier caso no entrará en entrará en vigor hasta la próxima temporada (21/22) y los clubes están trabajando para mitigar el impacto negativo que podría tener en sus ingresos por patrocinios.

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Salir a Bolsa: ¿posible solución?

En este escenario, ¿son las salidas a Bolsa una alternativa idónea tal y como ha sucedido en otros mercados? En primer lugar, el número de salidas a Bolsa en España en los últimos años ha sido prácticamente inexistente, por lo que no es sorprendente que esta tendencia haya tenido su reflejo también en el mundo del fútbol. Uno de los principales motivos de esta falta de salidas a Bolsa, tanto en España como en otros mercados, ha sido la eclosión de los fondos de Private Equity, que atesoran niveles de liquidez nunca antes vistos. Esta abundancia de liquidez de estos fondos ha propiciado en muchos casos que los accionistas hayan podido obtener mejores valoraciones por sus compañías en transacciones privadas de las que ofrecía el mercado público. De hecho, la última gran transacción en el fútbol europeo, la venta de parte de los derechos de TV y de explotación de la Liga Italiana, ha tenido precisamente como protagonistas a fondos de Private Equity.

En nuestra opinión, la falta de salidas a Bolsa de clubes españoles no se debe a una falta de transparencia o de voluntad de ser transparentes. En la última década el fútbol europeo ha vivido un fuerte proceso de profesionalización a todos los niveles y en especial en la gestión de los propios clubes. No olvidemos, además, que los clubes de Primera y Segunda División A están sometidos al estricto control económico y financiero de LaLiga, cuyo cumplimiento conlleva ya de por sí un elevado grado de disciplina y reporting, por lo que el “gap” para cumplir con las obligaciones que potencialmente tendrían los clubes como sociedades cotizadas es cada vez menor.

Entonces, ¿es posible que algún club español se anime a dar el salto al parqué?

Sí que vemos posible que algún club español se anime a explorar una salida a Bolsa, una vez las competición vuelva a la plena normalidad y los aficionados llenen de nuevo los estadios. Las cifras de ingresos de las principales ligas europeas, en especial la española, han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos 10 años y creemos que esta tendencia aún tiene recorrido. Tal y como demuestra la evolución reciente de las valoraciones de los diferentes sectores, los inversores tienen ahora mismo una clara preferencia por los valores con alto potencial de crecimiento, estando por tanto el sector del fútbol muy bien posicionado para captar ese apetito inversor.