La última edición de la encuesta KPMG Global CEO Outlook 2019 a más de 1.300 CEOs a nivel global proporciona una visión muy interesante de cómo ven éstos su rol como impulsores de la transformación en la empresa.

La primera conclusión clara que se deriva de la encuesta es la necesidad imperiosa de la transformación de las empresas para hacer frente a un entorno de cambio vertiginoso, con un elevado nivel de incertidumbre derivado de tres factores clave, que los propios CEOs citan eneste orden:

  • Los riesgos climáticos y medioambientales: las implicaciones del calentamiento global empiezan a ser patentes en la estrategia a futuro de las empresas, desde la necesidad de transformar el modelo de negocio de productores y consumidores de energía hasta el cambio en la evaluación de riesgos para las compañías de seguros.
  • Las tecnologías disruptivas y emergentes, que están teniendo un impacto muy notable en todos los sectores: disrupción de la distribución tradicional por explosión del comercio online, migración masiva de infraestructura IT y aplicaciones a la nube, robotización de procesos, toma de decisiones basada en inteligencia artificial…
  • La vuelta al proteccionismo/territorialismo, una tendencia difícil de imaginar hace sólo unos años pero que hoy está de plena actualidad con fenómenos como el Brexit o la guerra comercial EEUU-China

Para ello, los CEOs están enfocados en construir y afianzar la resiliencia organizacional necesaria para dominar y controlar la disrupción y mantenerse en la senda del crecimiento. Para lograr esta resiliencia, las compañías deben transformarse de manera muy profunda para lograr ser disruptivas, incluso en sus propias estrategias y modelos de negocio. El 71% de los CEOs globales está convencido de que el crecimiento de su compañía dependerá de su capacidad y habilidad para desafiar y cuestionar cualquier supuesto dogma empresarial; los CEOs españoles tienen un nivel similar de convencimiento al respecto (66%).

La buena noticia es que no se limitan a constatar la necesidad de esta transformación hacia un modelo de empresa más disruptiva, sino que están cambiando rápidamente de actitud al respecto para liderarla e impulsarla. Si en 2018, solo el 54% de los máximos directivos globales declaraba que sus compañías son activamente disruptivas en el sector más que esperar a que lo hagan los competidores, este año el porcentaje sube al 63%. El cambio de actitud entre los CEOs españoles es aún más notable: el porcentaje de los que se definen abiertamente disruptivos sube del 36% al 66%.

Existen cinco pilares clave para esta transformación hacia un modelo de empresa más resiliente que se hacen patentes en este Global CEO Outlook: la capacidad de innovación, la agilidad, la conectividad, la tecnología y el capital humano.

Innovación, agilidad, conectividad, tecnología y capital humano, los cinco pilares de la transformación

La transformación hacia una cultura que promueva la innovación y la creatividad es indispensable para sobrevivir con éxito en una era de cambios impredecibles y de gran impacto. Sin ella difícilmente puede una empresa reinventarse, ya sea para seguir sirviendo a unos consumidores que han migrado masivamente al mundo online, para descarbonizar su proceso productivo o para buscar nuevos mercados tras el Brexit. Los CEOs son conscientes de la importancia de la innovación: el 84% de ellos a nivel global (el 92% en el caso de España) desea que sus empleados se sientan con potestad para innovar sin preocuparse por la posibilidad de sufrir consecuencias negativas. Sin embargo, estos CEOs se están enfrentando a la dificultad que representa este cambio cultural, como demuestra el que sólo la mitad de ellos (54% españoles y 56% globales) declara que ha logrado desplegar ya en la organización una cultura en la que se fomenta este tipo de actitud, una cultura en la que los errores forman parte natural del proceso de innovación.

Pero desarrollar conceptos innovadores no basta: es indispensable llevarlos al mercado con la suficiente agilidad para responder con rapidez a las expectativas de los clientes y adelantarse a la competencia. Los CEOs son conscientes del peligro de ser demasiado lentos: dos tercios de ellos (66% españoles y 67% globales) creen que quien sea demasiado lento acabará siendo irrelevante y desaparecerá. Implantar enfoques ágiles a nivel de proyectos individuales es relativamente sencillo, pero las iniciativas aisladas no van a provocar un cambio en todos los ámbitos empresariales. Eso exige un replanteamiento más a fondo del modelo operativo para transformarse en una empresa realmente ágil.

La agilidad es difícil de lograr debido a la fragmentación interna a nivel organizativo, operativo y tecnológico

Para muchas organizaciones, la agilidad es muy difícil de lograr debido a la fragmentación interna, tanto a nivel organizativo como operativo y tecnológico. Por ello, potenciar la conectividad interna con una orientación clara al cliente final es otra de las piezas clave de la transformación que los CEO están asumiendo personalmente. Su implicación directa es crítica para evitar caer en la trampa de los compartimentos estancos. La estrategia de hacer girar la empresa para centrarse en el cliente no tendrá éxito si la táctica consiste en desplegar esfuerzos descoordinados desde diferentes departamentos. Se necesita un programa integrado, orientado al cliente, con la alineación y la colaboración efectiva de diferentes partes de la organización. Y es el CEO quien aporta esta concepción holística, así como el liderazgo necesario para integrar las diferentes partes de la organización con el objetivo de ofrecer una mejor experiencia al cliente.

Otro de los pilares de la transformación que están liderando muy directamente los CEOs es el de la tecnología, dado el nivel de disrupción que se está viviendo en el ámbito de la digitalización. En la encuesta de este año, el 90% de los CEOs españoles (84% globales) manifiesta que está dirigiendo personalmente la estrategia tecnológica de su organización. En esta transformación tecnológica destaca en primer lugar la aceleración de la migración a la nube: el 70% de los máximos directivos españoles (79% globales) afirma tener hoy más confianza que en cualquier otro momento de los últimos tres años a la hora de utilizar tecnologías cloud. Otra área de inversión clave es el de la ciberseguridad, ya que la seguridad de la información es considerada una función estratégica y fuente de ventaja competitiva por el 64% de los CEOs españoles (71% globales). Una componente algo menos avanzada de la transformación tecnológica es la Inteligencia Artificial y sus aplicaciones, desde la automatización Inteligente hasta el reconocimiento de voz. Algo más de la mitad de los CEOs (60% en España  y 53% a nivel global) está llevando a cabo una implementación limitada en procesos específicos, pero sólo el 4% de los CEOs españoles (16% globales) declara haber implantado ya Inteligencia Artificial para automatizar procesos completos.

Todo proceso de transformación está condenado al fracaso si no se acompaña de una potenciación del capital humano

Todos estos vectores de la transformación están condenados al fracaso si no van acompañados de una potenciación del capital humano. Esta transformación empieza por arriba: la mayoría de los CEOs (68% en España y 84% globales) declara estar transformando activamente su equipo directivo para dotarse de resiliencia. Pero además, hay una importante correlación entre quienes están transformando su equipo y quienes están llevado a cabo programas de transformación y reconversión de su plantilla. El 40% de los CEOs españoles (44% globales) tiene en agenda aumentar las capacidades digitales de más de la mitad de la plantilla en los próximos tres años. Ya no es suficiente con reclutar nuevos perfiles STEM, se requiere una capacitación digital de toda la organización segmentada y adaptada a los distintos perfiles (generacional, de categoría profesional, etc.).

El CEO tiene por tanto el reto de convertirse en un disruptor interno de su propia empresa, cuestionando las prácticas de gestión arraigadas durante años en la organización y liderando una transformación profunda de la compañía. Para ello necesita crear un entorno empresarial en el que se fomenten la innovación, la transversalidad, la tecnología y el capital humano.