El buen gobierno, clave para recobrar la confianza en el sector bancario

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De hecho, el presidente de Caixabank valoró de forma positiva el papel del regulador en el proceso de transformación que la entidad acometió en 2017 con el objetivo de acceder a los mercados de capitales y someterse “al escrutinio de los mercados”. “Las condiciones del regulador han ayudado a la gestión del grupo sin modificar la cultura esencial de Caixabank, que sigue siendo la misma”, aseguró.

Y es que pese a que en opinión de Jordi Gual la crisis financiera “fue un fenómeno con múltiples facetas” en el que el gobierno corporativo no fue el principal culpable, sí es un factor clave para la generación de confianza. “Sin duda, con un buen gobierno corporativo hubiera habido una mejor asunción de riesgos, se hubiera limitado el impacto de la crisis y se habrían controlado prácticas de comercialización incorrectas”, afirmó.

“La reputación ha sufrido con la crisis financiera”

Las consecuencias son claras. “La reputación ha sufrido con la crisis financiera”, reconoció el presidente de Caixabank, al tiempo que hizo hincapié en que las entidades financieras “se deben a sus clientes, a los inversores y a sus empleados, el conjunto de la sociedad española”. Por ello, aseguró que la entidad refuerza sus mecanismos de transparencia en la comercialización de producto, especialmente en los complejos.

El papel de los consejeros independientes

Tras el proceso de transformación de la entidad, el consejo cuenta con el papel del consejero coordinador, una presencia mayoritaria de consejeros independientes y ha separado los papeles del presidente y el consejero delegado. “En la actualidad tenemos una mayoría de consejeros independientes que es bienvenida. Lo importante es que los consejeros asuman el modelo de la empresa, no solo el modelo de negocio”, afirmó.

“Lo importante es que los consejeros asuman el modelo de la empresa, no solo el modelo de negocio”

Ante estos cambios en el gobierno corporativo, y ante la cuestión de los requisitos específicos a los que debe hacer frente el sector financiero, el presidente de la entidad valoró que “cuenta con unas características específicas por el que las autoridades supervisoras hacen especial énfasis en la necesidad de mecanismos de buen gobierno”.

Unas características que pasan por un contexto “con productos complejos, con información asimétrica, con un negocio muy granular y que toca cuestiones muy delicadas respecto a la información de clientes, desde privacidad, aspectos fiscales, legales…”. Aspectos específicos del sector a los que se une la “brecha temporal” a la que se enfrentan las entidades: “desde que se concede un crédito pasan años hasta que se conoce hasta qué punto la decisión fue acertada”.

 La diversidad, tarea pendiente

Pese a los avances que se han producido en los últimos años en materia de gobierno corporativo, Jordi Gual destacó la necesidad de mejorar la diversidad de los consejos. “En cuestión de diversidad de género es evidente que hay una descompensación”, afirmó, destacando que la entidad era consciente del contexto social y político.

Especial papel ocupa también para la entidad la transformación digital ante la aparición de nuevos competidores. “Tenemos el potencial para ganar eficiencia ante el riesgo competitivo de que las fintech y bigtech entren al mercado”, aseguró Jorgi Gual. En su opinión, la banca cuenta con la ventaja competitiva de contar con la confianza de los clientes. “Pero lo peor para una compañía es la complacencia así que hemos de garantizar una experiencia de usuario excelente”, subrayó.