Brexit: ha llegado el momento de que las empresas europeas pasen a la acción

¿Están empezando las empresas europeas a aceptar finalmente lo inevitable? Mientras que en el Reino Unido la perspectiva de la transición está haciendo que las empresas ralenticen sus planes de cara al brexit, en Europa continental este hecho podría estar teniendo el efecto contrario.

Desde el referéndum del Reino Unido en 2016, algunas empresas españolas han tenido la sensación de que, en cierto modo, el brexit nunca llegaría a materializarse. «Habrá una segunda consulta» o «se llegará a un acuerdo», se decía. Visto desde aquí, la situación política en el Reino Unido, la dificultad para alcanzar un acuerdo de salida y las probables consecuencias negativas que ello tendrá en el plano económico, llevaron a muchos a pensar que todo podría estallar por los aires.

Pero en las últimas dos semanas hemos observado un cambio de actitud de las empresas. El desencadenante fue la cumbre del Consejo Europeo celebrada el mes pasado y el acuerdo alcanzado en este foro sobre diversos temas, incluida la transición. El brexit está a la vuelta de la esquina y, en cuestión de 21 meses, seremos testigos de una nueva relación con el Reino Unido.

Personalmente, me entristece que Gran Bretaña abandone el bloque; una opinión que comparte la mayoría de los empresarios con los que trato. Según se puede observar en nuestra reciente encuesta, realizada a casi 2.000 consejeros delegados y ejecutivos, sólo uno de cada seis afirmó que el brexit representaba una oportunidad. No obstante, me complace comprobar que son cada vez más los que abren los ojos ante sus implicaciones: los visitantes británicos son el mercado extranjero más importante para nuestro sector turístico; el Reino Unido es el principal destino de la inversión directa en títulos de España en el extranjero y se trata de nuestro quinto mercado de exportación.

Tomorrow, tomorrow

En definitiva, ha llegado el momento de que las empresas europeas intensifiquen los preparativos. Casi la mitad de las empresas que participaron en nuestro estudio mantenían algún tipo de vínculo comercial o económico con el Reino Unido. No obstante, de ese grupo, el 36% afirmó no creer necesario contar con un plan de contingencia de cara al brexit, un porcentaje prácticamente idéntico al del año pasado.

Pese a que ahora somos más conscientes de la gravedad del brexit, el peligro reside en que cada vez más personas se vean seducidas por la promesa de la transición y esto se utilice como excusa para retrasar el paso a la acción.

La transición sólo brinda a las empresas un margen adicional de 21 meses, si finalmente se consigue firmar un Acuerdo de Salida. Y todavía queda muchísimo por hacer hasta entonces. Por ejemplo, un productor de tomates de Andalucía depende de la agilidad del despacho aduanero de sus camiones en Calais. Así pues, los exportadores podrían ponerse manos a la obra desde este momento para automatizar sus procesos aduaneros, evitar controles físicos en la frontera mediante la obtención de la categoría de operador económico autorizado (OEA) o solicitar la ejecución de inspecciones fitosanitarias en sus explotaciones, tal y como aconseja un informe reciente elaborado por KPMG en los Países Bajos.

Lo más cómodo para las empresas europeas sería interpretar que el acuerdo alcanzado en Bruselas el mes pasado les permite relegar los preparativos para el brexit a un segundo plano. Sin embargo, sería mucho más acertado pensar que la salida del Reino Unido de la UE es más probable que nunca, por lo que la necesidad de abordar este acontecimiento es tanto o más acuciante.

 

Autor: Antonio Hernández es socio responsable de Estrategia Internacional y Brexit

Fuente: Publicado en KPMG UK