Manuela Carmena: “Nuestra visión de ciudad inteligente refuerza la participación de los ciudadanos, la gestión transparente y la calidad de vida”

La alcaldesa de Madrid,  Manuela Carmena, tiene claro qué define una ciudad inteligente, y no es solo el uso de nuevas tecnologías. La innovación, la participación ciudadana, la movilidad sostenible, el medio ambiente y el desarrollo urbano son algunas de las características de su visión para el Madrid de 2030.

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Alcanzar estos objetivos implica trabajar en numerosos frentes, que van desde reducir la contaminación a afrontar unas tendencias demográficas que dibujan una ciudad con una baja tasa de natalidad y una población más envejecida. La alcaldesa de Madrid desgrana cómo se enfrenta a algunos de estos retos la ciudad más poblada de España en su camino hacia el futuro.

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– Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 se encuentra lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. ¿Cómo le gustaría que fuese Madrid en 2030? ¿Qué medidas va a abordar Madrid para conseguir que esa ciudad se haga realidad?

Sin duda se refiere usted en su pregunta al ODS número 11, objetivo que implica directamente a los alcaldes y a los gobiernos de las ciudades para que desempeñen un papel activo en el cumplimiento de la Agenda 2030.

El proceso de concentración de población en las ciudades ya es una realidad y ello supone un reto para todas ellas, tanto para aquellas ciudades menos desarrolladas en las que pueden proliferar los barrios periféricos con falta de servicios públicos y concentración de la población más vulnerable como para las grandes ciudades desarrolladas que tendrán que afrontar retos de otra naturaleza, relacionados con la gestión del transporte, el acceso a la vivienda o la protección del medio ambiente, por citar sólo algunos de ellos.

Madrid en 2030 debería mantener algunas características que ya tiene como ser una ciudad acogedora, que cuida su medio ambiente y que promueve la igualdad y la defensa de los derechos humanos. Pero además, para esa fecha debería ser una ciudad que hubiera sustituido progresivamente el transporte privado por el público, que continuara promoviendo la innovación como servicio al ciudadano, que garantizara una vivienda asequible, que promoviera un desarrollo urbano sostenible y respetuoso con la protección del medio ambiente y que proporcione a sus ciudadanos una ciudad con espacios públicos, seguros y verdes donde se puedan desarrollar la cultura, el deporte y el resto de manifestaciones necesarias para la realización personal.

Algunas de las medidas ya están en marcha como los distintos planes relacionados con la protección del medio ambiente, el plan de derechos humanos, los procesos para incrementar la participación ciudadana en la toma de decisiones, bien de forma individual o bien de forma colectiva, el fondo de reequilibrio territorial en favor de los Distritos más vulnerables, la recuperación de la política de ciudadanía global en favor de los que menos recursos tienen, etc.

¿Cómo se puede garantizar que estas medidas beneficien a todos sus habitantes en una ciudad grande y compleja como es Madrid?

Para garantizar que las medidas beneficien a todos los ciudadanos, es importante trabajar, como ya lo estamos haciendo en el proceso de localización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el proceso de descentralización municipal, de forma que las decisiones políticas se tomen cerca de los ciudadanos, y es necesario también incrementar la transparencia y la participación ciudadana para garantizar que esas medidas que se adopten sean las correctas. Afortunadamente, a todo ello nos puede ayudar el desarrollo de la innovación en todas sus formas: aplicación práctica de las nuevas tecnologías, innovación aplicada a los distintos sectores sociales y económicos, el avance en el proceso de administración electrónica con la finalidad de prestar realmente un servicio al ciudadano, etc.

 – ¿Cómo aborda su ciudad el concepto de Smart City? ¿Qué medidas cree que hay que adoptar a corto plazo para que Madrid sea una Smart City?

La ciudad de Madrid es reconocida como una de las ciudades más inteligentes, más Smart, del mundo, según reflejan los rankings elaborados por diversas instituciones, debiéndose señalar al respecto que el Ayuntamiento de Madrid ha venido realizando un gran esfuerzo de inversión para incorporar las prácticas más avanzadas de gestión urbana.

En el corto plazo, nuestra gestión se ha enfocado en devolver la ciudad al ciudadano. El modelo de ciudad inteligente del que partíamos estaba muy enfocado en la eficiencia y la calidad de los servicios, el ciudadano no tenía voz en las decisiones que se tomaban en la ciudad, por ello, y sin descuidar la eficiencia, nuestra visión de ciudad inteligente se ha dirigido a reforzar la participación de los ciudadanos, la transparencia en la gestión y la calidad de vida.

Así, en el ámbito de la participación se ha lanzado el portal Decide Madrid que crea un cauce para que los ciudadanos decidan con su voto la ciudad que quieren construir.

En el ámbito de la transparencia se ha aprobado una Ordenanza de Transparencia que impone a los gestores públicos la obligación de publicar una gran cantidad de información de gestión que permitirá a los ciudadanos conocer cómo se está gestionando su ciudad.

Finalmente, en el ámbito de la calidad de vida, Madrid ha decidido adoptar una política de mejora muy exigente. Por ejemplo, en la gestión de la calidad del aire, hemos realizado un gran esfuerzo de concienciación ciudadana, apoyado en medidas normativas y ejecutivas que han exigido un gran esfuerzo de comunicación y explicación al ciudadano. El Plan A, Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, que presentamos el pasado 13 de marzo, define 30 medidas con un presupuesto de inversión de unos 543,9 millones de euros, lo cual refleja nuestro compromiso con la calidad de vida de los ciudadanos.

Una de las características comúnmente señaladas de estas ‘ciudades del futuro’ es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para conocer los comportamientos de sus ciudadanos y así mejorar el tratamiento de residuos, alumbrado, gestión de tráfico… ¿Está realizando Madrid medidas en este sentido? ¿Qué tecnologías le parecen más útil para ayudar al mejor funcionamiento de la ciudad?

La incorporación de tecnología a la gestión urbana es un proceso continuo. El primer centro de gestión de tráfico se creó en Madrid en el año 1969 y desde entonces ha ido incorporando nuevas tecnologías.

Una ciudad como Madrid está permanentemente reflexionando sobre sus métodos de gestión, probando tecnología y desarrollando pilotos para probar su eficacia en la gestión. Actualmente estamos desarrollando un programa piloto denominado “Citizéntrica” para mejorar la limpieza urbana. La colaboración público privada es clave para incorporar estas nuevas tecnologías a la gestión de la ciudad, a través de los contratos de servicios ciudadanos que desarrollan estas empresas.

La dimensión del esfuerzo inversor que suponen estos proyectos es enorme. Podemos hacernos una idea revisando los datos de la renovación del alumbrado público. En Madrid hay unas 255.000 luminarias, de las cuales el 97% de estos puntos de luz estaban constituidos por lámparas de vapor de sodio de alta presión. Incluso con esta tecnología, Madrid tenía un consumo energético por habitante de 57 kWh/habitante, valor éste muy por debajo de 75, límite establecido por el Plan de Acción, elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, para el periodo 2008-2012, dentro de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España. Madrid decidió apostar por un sistema basado en tecnología LED, mucho más eficiente e incorporó este requisito en el Plan de Gestión Integral y Energética de Instalaciones Urbanas de la Ciudad de Madrid. Como consecuencia del proceso de renovación se han intervenido en 222.643 unidades luminosas con un ahorro energético en torno al 44%.

Otro atributo de las Smart Cities es el cambio hacia la gobernanza pública (Smart Governance), basada en la participación ciudadana, la transparencia y la instauración de un gobierno más abierto. Madrid cuenta con un portal de participación ciudadana y ha permitido a los madrileños votar el proyecto de reforma de la Plaza de España y proyectos en los denominados ‘Presupuestos participativos’. ¿Qué valoración hace de estas experiencias?

El Ayuntamiento de Madrid convocó por primera vez una gran consulta ciudadana hace algunos meses para votar un conjunto de propuestas, unas planteadas por el equipo de gobierno, otras seleccionadas de forma participativa. Por ejemplo, se votaban, entre otros, los proyectos para la remodelación de la Plaza España o la peatonalización de la Gran Vía. Consideramos que la consulta tuvo un gran éxito de participación con 963.887 votos emitidos y 214.076 votantes.

Este proceso ha puesto de manifiesto algunas cuestiones que se tomarán en cuenta para futuros procesos. En primer lugar, que deben diseñarse mecanismos de votación mixtos. En este proceso se permitía la participación por vía electrónica, por correo postal o presencial y los resultados fueron que un 35,7% participó vía Web, un 54,8% vía correo postal y un 11% presencialmente.

En segundo lugar, la participación de la ciudadanía, en torno al 10% del censo, es muy alta si nos atenemos a procesos homologables, pero sigue siendo pequeña en comparación con las elecciones municipales. Es preciso hacer un esfuerzo la educación y concienciación del ciudadano para que vea la gestión pública como algo propio, entienda que su opinión va a ser escuchada y se decida a participar.

Finalmente, los temas sometidos a votación son necesariamente poco numerosos, pues la dinámica participativa es compleja, pero nuestra voluntad es ir incrementando los proyectos de ciudad que se someten a la votación de los ciudadanos.

– ¿Cómo pueden las ciudades grandes garantizar la participación mayoritaria de los ciudadanos en la toma de decisiones? ¿Qué tipo de decisiones cree que deberían ser tomadas por los madrileños directamente? ¿Cree que es importante recurrir a las tecnologías para conocer el grado de satisfacción de los madrileños con su ciudad?

Como se ha indicado en la pregunta anterior los procesos de participación mayoritaria son muy complejos, por lo que debe llegarse a un equilibrio entre la agilidad de las decisiones públicas y la necesidad de participación de los ciudadanos. El portal Decide Madrid permite gestionar un doble proceso de participación. Un proceso desde arriba, impulsado por el equipo de gobierno, que somete a la ciudadanía aquellos proyectos que, por su carácter transformador, van a conformar el futuro de la ciudad, como el caso de la reforma de la Plaza de España, y un segundo proceso a través de la iniciativa popular, que se genera desde abajo, desde el propio ciudadano que quiere proponer un proyecto al equipo de gobierno. En Decide Madrid hemos considerado que una propuesta debe tener un mínimo de apoyos, un 1% de la los ciudadanos mayores de 16 años empadronados en Madrid (unos 27.064 apoyos) para ser sometido a votación.

El papel de las tecnologías en la participación es muy importante. El portal Decide Madrid es un mecanismo clave para organizar la participación, pero tiene un carácter instrumental. Lo esencial es que el procedimiento que se elija sea inclusivo, que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho a participar si lo desean y eso exige habilitar diferentes canales más tradicionales, como pueden ser la votación presencial o el voto por correo.

– Dentro de la Smart Governance también se enmarca la administración electrónica de las ciudades, para llegar a una gestión sin papeles (paperless) y a una mayor transparencia. ¿Qué supone un mayor reto: implantar la administración electrónica o formar a la población para que utilice estos medios?

Las Administraciones Públicas tienen la obligación de crear canales de gestión sencillos de utilizar para que los ciudadanos puedan realizar sus gestiones con la misma facilidad que en otros ámbitos de su vida. Un ciudadano que gestiona sus finanzas, compra los productos y servicios que necesita, se socializa a través del ordenador o el teléfono móvil quiere poder relacionarse con la Administración de la misma forma, sin complicaciones innecesarias que no es capaz de entender.

Las Administraciones Públicas deben recorrer un camino de transformación en un doble sentido. El primero, de carácter no tecnológico, consiste en reformular el marco jurídico para que, manteniendo la tutela de los derechos de los ciudadanos, permita simplificar la gestión y reducir las cargas. Por ejemplo, el informe Doing Business 2017 del Banco Mundial sitúa a España en el puesto 113 en la gestión de permisos de construcción, cuando España ocupa el puesto 14 por PIB). El segundo, de corte tecnológico, es crear un conjunto de herramientas que concilien la facilidad de utilización que ha logrado el sector privado, lo que ha llevado a un nivel de adopción altísimo, y las garantías que la actuación pública debe tener.

Las Administraciones ostentan un monopolio en la gestión de lo público y, en consecuencia, su supervivencia no está amenazada, por lo que su incentivo para transformarse no es inmediato. El incentivo debe proceder de la demanda de la ciudadanía (o de su desafecto) y de una visión política y estratégica que plantee que el servicio público es un elemento esencial para el interés general, pues el sector público debe ser un facilitador de la actividad económica.

– Además de la superpoblación de las ciudades, la tendencia demográfica es la del envejecimiento de la población y la progresiva reducción de la natalidad. Esto supone un progresivo envejecimiento de la edad media de la población de las ciudades. Según la OECD, en 2050 más del 30% de la población española tendrá más de 65 años. ¿Cuáles son los principales retos que supone el envejecimiento de la población para una ciudad como Madrid?

Efectivamente, se trata de una situación que debemos tener cada vez más presente en la planificación y ejecución de las políticas municipales, ya que, según el último padrón, la edad promedio de los madrileños se sitúa en 43,9 años, lo cual supone un envejecimiento de 2 años en tan sólo una década. Una parte no desdeñable de la población madrileña, el 7,3% concretamente, alcanza ya el grupo de la denominada “cuarta edad”, con 80 y más años y, además, la fuerte reducción de la natalidad, potenciada desde 2009 por la incidencia de la crisis económica, se ve agravada en el caso de Madrid por la emigración residencial de parejas jóvenes hacia otros municipios de la periferia de la ciudad.

Los principales retos que esta situación nos plantea pasan por el incremento generalizado de la accesibilidad, tanto a nivel residencial como en comercios, edificios públicos, lugares de ocio y entretenimiento, etc. y, por supuesto, en el transporte público. Asimismo, será necesario incrementar la extensión y eficacia de los servicios sanitarios y asistenciales, en colaboración con el gobierno regional de la Comunidad, y extender la dotación de Centros municipales para Mayores en todos los Distritos, especialmente en los que se prevea que vayan a verse más afectados por el envejecimiento de la población.

También, y aunque no sea algo ligado exclusivamente al envejecimiento poblacional, es imprescindible evitar el fenómeno que se está dando en otras ciudades, tal vez Londres sea el caso más paradigmático, pero no el único, ya que se empieza a observar también en otras ciudades españolas y en algunos barrios de Madrid, en los que los altos precios de la vivienda en el centro expulsan a sus residentes a la periferia para dar paso a comercios, oficinas o zonas residenciales para personas acomodadas.

Uno de los mayores problemas de las ciudades es la contaminación, que Madrid ha sufrido especialmente a lo largo de este año. En marzo el Ayuntamiento presentó un Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, que implica una serie de inversiones en infraestructuras (red de aparcamientos disuasorios, reforma de las vías de acceso al centro…) ¿Cuáles serán las prioridades?

Las prioridades se deducen claramente de las partidas asignadas a cada uno de los bloques de actuaciones contenidos en el Plan A. Así, de un total de 543,9 millones de euros presupuestados para el período 2017-2020 (que el Ayuntamiento confía en incrementar sustancialmente a través de la obtención de fondos comunitarios, estatales y autonómicos e incentivando la inversión privada), se ve que el 60% de esa cantidad son medidas que afectan al parque móvil y a la ordenación de sectores clave con alto impacto en los patrones de movilidad en la calidad del aire, así como al fomento de la movilidad compartida.

Algunas de las actuaciones contempladas en este apartado son la adquisición de 750 autobuses de bajas emisiones entre 2017 y 2019, que se sumarán los 200 adquiridos en 2016, con el objetivo de lograr una flota para la EMT 100% de bajas emisiones; la introducción de incentivos y modificaciones normativas para la renovación de la flota de taxis hacia los vehículos calificados como CERO o ECO, así como la eliminación paulatina de vehículos diésel en el servicio de taxi de Madrid; actuaciones encaminadas a mejorar la distribución urbana de mercancías, tales como la integración de vehículos de bajas emisiones en las flotas logísticas y la creación de un sistema de gestión y control de reservas de carga y descarga en la vía pública a través de una aplicación para Smartphone; la renovación del parque de automóviles que circula por Madrid estableciendo bonificaciones en la cuota del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica e instando a los gobiernos del Estado y la Comunidad Autónoma a impulsar líneas de ayuda para la renovación de vehículos bajo rigurosos controles ambientales; la renovación también de la flota municipal incrementando la contribución de vehículos CERO y ECO; el desarrollo de una red de recarga rápida y semirrápida en espacios de acceso público para la mejora de la movilidad eléctrica y, finalmente, el impulso a las iniciativas de movilidad compartida mediante bonificaciones e incentivos.

El segundo bloque de medidas del Plan A por importancia presupuestaria, casi un 30% del total, se refiere a actuaciones sobre la red viaria y el espacio público dirigidas a reducir la intensidad del tráfico privado y a la promoción de modos activos de movilidad, entre ellas la creación de un Área Central Cero Emisiones en la ciudad, delimitada por las Rondas, las calles Bailén y Princesa, los Bulevares, Recoletos y el Paseo del Prado, con preferencia para el transporte público y la bicicleta, y la extensión de las zonas peatonales en el núcleo interior de este Área Central, que contará con estrictos criterios de acceso. El objetivo es su puesta en funcionamiento en 2018.

Además, se rediseñarán las vías principales de distribución del tráfico y conexión de la periferia con el centro; se procederá a la mejora de la red y la movilidad ciclista, con objeto de consolidar su uso como medio de transporte en la ciudad y también se ampliará el sistema de bicicletas públicas del Ayuntamiento (en 2017 está prevista la sustitución de 1.100 unidades) y se coordinará con el Consorcio Regional de Transportes de Madrid para la ubicación física de la red en los nodos de transporte intermodales y el uso común de medios de pago; igualmente está contemplada la constitución de una red de aparcamientos disuasorios en la corona metropolitana conectados con nodos de transporte público, acompañada de la construcción de 12 nuevos aparcamientos con un total de 9.570 plazas, que se sumarán a las 4.767 existentes. El uso de estos aparcamientos será gratuito o con un coste mínimo para el titular del título de transporte.

En este punto también tiene un papel muy importante el transporte. ¿Cree que es posible que en el futuro los ciudadanos de Madrid se muevan por la ciudad a únicamente través de medios no contaminantes? ¿Cómo planea incentivar el uso de este tipo de medios de transporte? (coches eléctricos, bicicletas, transporte público)

Ya he enumerado las actuaciones sobre la red viaria encaminadas a reducir el tráfico privado y a potenciar el transporte público y la bicicleta, o el desarrollo de una red de recarga para la mejora de la movilidad eléctrica. Asimismo se contemplan medidas de impulso a las iniciativas de movilidad compartida, principalmente con vehículos eléctricos, tales como bonificaciones e incentivos para el acceso al área restringida de la ciudad y a las políticas de aparcamiento o la posibilidad del empleo de estos vehículos en episodios de alta contaminación, entre otras. Estoy convencida de que en el futuro los ciudadanos de Madrid se moverán mayoritariamente por la ciudad a través de medios no contaminantes. 

– Según datos de Naciones Unidas, las ciudades ocupan apenas el 3% del planeta pero representan entre el 60 y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. ¿Cuál es el punto de partida de Madrid en materia de eficiencia energética?

Madrid, igual que otras grandes urbes, adolece de una elevada dependencia de recursos energéticos externos. Se trata de un modelo que contempla la ciudad como un núcleo consumidor abastecido por una estructura de distribución unidireccional de energía, de ahí que sea preciso realizar una transición hacia otro modelo en el que se reduzca la demanda a través de la eficiencia energética y el incremento de la autosuficiencia mediante una generación distribuida que acerque la producción de energía con fuentes renovables a los centros de consumo. Por ello, y aparte de instar al Estado a que reduzca las barreras administrativas de acceso a la energía renovable (información sobre trámites, líneas de ayuda y financiación, supresión del denominado “Impuesto al Sol”, etc.), se revisarán las bonificaciones del Impuesto de Bienes Inmuebles por instalaciones de energía solar con el objetivo de alcanzar una bonificación de hasta el 50% de la cuota íntegra de este impuesto. Igualmente se pretende acometer un proceso de regeneración y rehabilitación de barrios y del parque edificado, responsable del 50% del consumo de energía primaria y del 30% de las emisiones directas de gases de efecto invernadero. Para ello se impulsará el Programa MAD-Re (Madrid Recupera), cuya primera convocatoria tuvo lugar en 2016, con objeto de subvencionar el aislamiento térmico, la sustitución de ventanas y de equipos de climatización, el uso de energías renovables, la creación de cubiertas verdes y otras medidas de eficiencia energética. Igualmente, es una prioridad el fomento de sistemas de climatización eficiente de bajas emisiones, para eliminar todas las instalaciones de calderas de carbón antes de 2020.

– Otro de los problemas que será necesario abordar para alcanzar una ciudad sostenible e inteligente es la generación de residuos. ¿Qué cree que es necesario priorizar: generar menos residuos, reciclar o establecer un mejor sistema de recogida y tratamiento?

Creo que es necesario abordar esas tres cosas en paralelo para obtener los mejores resultados posibles. El sector de los residuos es, a nivel global, un importante emisor de gases de efecto invernadero, que en el caso de Madrid supone un 10% de las emisiones directas de esos gases, dejando al margen las actividades de limpieza, recogida y transporte, si bien no debe olvidarse tampoco la significativa contribución de los residuos como recurso energético propio de la ciudad, tanto para la generación de energía eléctrica como de biogás y la posterior inyección de este en la red de distribución de Gas Natural. El parque tecnológico de Valdemingómez, que concentra desde 1978 todas las instalaciones de tratamiento de residuos urbanos de Madrid, a las que llegan las más de 4.000 toneladas que se generan a diario en la cuidad, será objeto de un ambicioso programa de optimización de sus procesos de gestión de residuos tendente al incremento de la recuperación de materiales (nueva línea de recuperación de envases), la puesta en marcha de instalaciones de compostaje, la mejora del rendimiento de la planta de tratamiento de biogás y su aprovechamiento energético, incluyendo la parte de generación eléctrica.

Respecto al tema de la generación de residuos, debe señalarse que, aunque la población de Madrid ha crecido año tras año desde 2008, la cantidad de residuos generados por la ciudad ha disminuido. Los ciudadanos de Madrid no sólo han ido generando menos residuos, sino que cada vez realizan mejor la separación selectiva en origen de sus residuos. Esto, unido al incremento de eficacia en el tratamiento de residuos, ha ayudado a que la recuperación de los materiales reciclables haya aumentado de manera significativa.