Empresa familiar, motor de crecimiento y empleo

Toledo acoge el XX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, la cita más importante para las compañías familiares españolas, en la que cada año se analizan sus retos, mejores prácticas y oportunidades. Este año, el encuentro se celebra en un contexto político agitado pero en un entorno económico que da razones sólidas para el optimismo y que se refleja en las respuestas recogidas en la encuesta del Barómetro de Empresa Familiar elaborado anualmente por KPMG en colaboración con las Asociaciones Territoriales del Instituto de Empresa Familiar. A pesar de la incertidumbre política, que ha ido creciendo en las últimas semanas, los directivos de la empresa familiar consultados en julio mostraban para 2017 sus mejores perspectivas de los últimos cinco años: 8 de cada 10 cree que la situación de su empresa en 12 meses será buena. Esta confianza está sustentada en el buen desempeño en el último año. Un 70% ha incrementado sus ventas netas, el 94% ha aumentado o mantenido su plantilla y 7 de cada 10 han hecho crecer su presencia en mercados internacionales. La noticia es una inyección de confianza ante la fortaleza del tejido empresarial y para el conjunto de la economía puesto que 9 de cada 10 empresas españolas son negocios familiares, responsables del 70% del empleo privado. En Castilla-La Mancha y Castilla León,  regiones con un mayor número de empresas familiares, su aportación es aún más relevante.

La creciente confianza mostrada por la empresa familiar es un indicador evidente de que estamos dejando atrás los grandes desafíos de los últimos años. La incertidumbre política, que en ediciones anteriores del Barómetro ocupaba la primera posición entre los retos más destacados, ha sido desplazada este año hasta el cuarto puesto, dejando paso a una nueva preocupación: la batalla por la innovación y el talento. La empresa familiar es consciente de los importantes retos que tendrán que encarar tras la consolidación de la conocida como cuarta revolución industrial en la que están convergiendo la digitalización y la revolución tecnológica con un terreno competitivo global y disruptivo. Una realidad que las empresas familiares afrontan con el foco puesto en la innovación, la atracción de talento especializado y la formación de sus profesionales para que adquieran las capacidades que exige esta nueva era.

Las condiciones, sin duda, son favorables. España crece, también mejora la evolución de sus principales socios comerciales, los tipos de interés siguen en mínimos y el mercado cuenta con liquidez para impulsar la inversión y las transacciones. No obstante, el tamaño medio de las empresas españolas sigue siendo pequeño, con un número medio de empleados de 4,5 trabajadores. Esta circunstancia lastra su capacidad real para innovar, incrementar su productividad, desarrollar nuevas estrategias de comercialización o internacionalizarse. Por ello, el respaldo a la empresa familiar es tan relevante. ¿Cómo hacerlo? Escuchando y atendiendo a sus demandas, en primer lugar, así como fomentando un clima favorable al incremento de la competitividad. Para ello, es necesario alentar la inversión en tecnología y digitalización; generar un entorno educativo consensuado pensado en dar respuesta a las nuevas necesidades de capital humano a largo plazo; labrar un enfoque regulatorio que priorice la sencillez y la eficiencia, un sistema fiscal estable y un clima que incentive y facilite el desarrollo de los mercados financieros.

Prioridades que han subrayado los empresarios familiares en numerosas ocasiones a lo largo de los años. No debemos olvidar que al prestar sustento a la empresa familiar, apostamos también por la generación de valor, riqueza y empleo en nuestro terreno. La cultura de la empresa familiar es única, se traduce en una longevidad diferencial y se arraiga en la vocación de permanencia generación tras generación. Por eso, por su cercanía con la sociedad y por su compromiso con el desarrollo local, su éxito es el de todos y merece que lo celebremos. Este vigésimo Congreso, el quinto en el que KPMG colabora, será una ocasión perfecta para hacerlo y para seguir trabajando por un futuro de crecimiento sostenible.

 

 Autor: Hilario Albarracín es presidente de KPMG en España

Fuente: La Tribuna de Toledo. Publicado el 02 de octubre de 2017