Un buen año para la empresa familiar: ¿cuáles son sus planes para el que viene?

La empresa familiar española se halla en un buen momento. Buenos resultados, perspectivas positivas y fortaleza ante un entorno incierto son algunas de las principales conclusiones que arroja el V Barómetro de la Empresa Familiar elaborado por KPMG.

El optimismo ante el futuro que expresan siete de cada 10 compañías familiares se apoya en el buen desempeño de sus principales indicadores de negocio. En el pasado ejercicio, tres de cada cuatro incrementaron su facturación y nueve de cada 10 vieron crecer o mantuvieron su plantilla. Estos son los mejores datos desde que se iniciara el Barómetro en 2013 coincidiendo con el comienzo de la recuperación económica en España. La presencia internacional también tuvo una evolución positiva. Siete de cada 10 negocios aumentaron su actividad en el extranjero. De modo que con este dato, ya son más del 70% las empresas familiares que se encuentran internacionalizadas.

No obstante, aunque las previsiones son alentadoras y el desempeño positivo, el entorno les plantea importantes desafíos. En especial, la mayoría de las compañías teme que la incertidumbre política y la creciente competencia puedan mermar sus perspectivas de crecimiento. Para hacerles frente confían en el que identifican como su “punto fuerte”: la toma de decisiones rápida y flexible; que les ayuda a adaptarse rápido a un entorno en constante cambio. También se apoyan en sus otras fortalezas culturales y estructurales: los valores compartidos y la ética así como la adopción de una perspectiva a largo plazo.

Para asegurar la continuidad del negocio a través de las generaciones, los directivos y propietarios encuestados para el citado informe consideran fundamental que la generación senior del negocio transmita a la siguiente generación los valores y la cultura empresarial; pues en ello se apoyan las compañías de hoy para superar los retos actuales y seguir creciendo. Los miembros de la generación más joven confían en que se les trasmitan debidamente estos valores, pero se muestran preocupados por que en el futuro les afecten los conflictos familiares y por sus perspectivas de carrera dentro de la empresa.

Con la vista en el medio plazo, los objetivos empresariales ya están claros: mejorar la rentabilidad y aumentar la facturación son las principales prioridades para los directivos encuestados. Del mismo modo, las conclusiones del informe dejan patente que la innovación y el talento toman cada vez más fuerza, dada su influencia en la competitividad de la empresa.

El creciente interés por ser más innovador y atraer nuevos talentos también se refleja en los proyectos de inversión que planean las empresas a corto plazo. El 40% de ellas invertirá en I+D y nuevas tecnologías y más del 30% en contratación y formación. La internacionalización también se vuelve un área prioritaria en la que invertir. Es por ello que el 40% de las compañías se está preparando para aumentar su actividad en el extranjero. Sin duda, el crecimiento está en la agenda de los directivos y propietarios de empresas familiares, ya que en total, el 84% de los negocios está planeando nuevas inversiones.

Otra alternativa de inversión que está ganando popularidad entre las empresas familiares es la inversión en otras compañías, estrategia que casi una mitad de ellas ya lleva a cabo. ¿El target? Principalmente startups o empresas con una antigüedad de entre uno y cinco años. ¿Los motivos? El acceso a nuevo mercados y la inversión financiera.

No se puede concluir sin mencionar la importancia del legado en la empresa familiar. Tres de cada cinco encuestados confirman este hecho al declarar que la siguiente generación ya ocupa cargos directivos en la empresa. Pero igual de importante consideran que es contar con directivos no familiares, estrategia que defiende el 96% de los directivos y propietarios alegando sus considerables beneficios para el negocio.