Metiendo quinta, la revolución del Hyperloop

Imagina, por ejemplo, despertarte a las siete de la mañana en Valencia, desayunar frente al mar y, después de un corto viaje de 15 minutos, llegar a tu despacho en Madrid para comenzar la jornada laboral.

Hacerlo posible es lo que propone la empresa detrás de una de las ideas comerciales más revolucionarias de todos los tiempos, el Hyperloop. Surgido de la mente de Elon Musk, creador de Tesla y Space X y co-creador de Paypal, este modo de transporte parece de ciencia ficción. El concepto, no obstante, es bastante simple: un tubo cuyo interior se mantiene despresurizado, y por el que viajan cápsulas flotantes a velocidades de vértigo gracias a motores eléctricos y compresores de aire.

Emprendedor y visionario, Musk lanzó un diseño preliminar en agosto de 2013 llamando a empresas, ingenieros y cualquier individuo interesado a trabajar sobre ese concepto para desarrollar de forma colaborativa una nueva forma de entender el transporte. A partir de ahí surgieron espontáneamente varias empresas dispuestas a desarrollar la idea. Hyperloop One es una de las empresas pioneras en la carrera por adaptar la idea y convertirla en realidad.

La tecnología que hay detrás es bastante novedosa a pesar de emplear principios básicos de ingeniería. Las bajas presiones dentro del tubo permiten eliminar parte de la resistencia del aire y usar menos energía para alcanzar mayores velocidades. Las cápsulas utilizarían la misma tecnología que los trenes magnéticos para levitar a corta distancia del suelo reduciendo, de esta manera, la fricción y el desgaste.

La idea de Hyperloop One consiste en usar motores lineales sincrónicos (motores eléctricos de baja aceleración y alta velocidad y potencia) para propulsar pequeñas cápsulas donde viajarán los pasajeros o la carga a la increíble velocidad de 1100 km por hora. Esto es, sería capaz de cubrir los 302 km que separan Valencia de Madrid en 15 minutos.

“Si solo llevara 15 minutos viajar a una gran ciudad situada a 300 kilómetros, ¿cómo afectaría eso al modo de interactuar con esa ciudad?” Se pregunta Rob Lloyd, CEO de Hyperloop One. “Cuando empiezas a entender el transporte en relación al tiempo en vez de a la distancia, todo cambia – el sitio donde vives, donde trabajas, cómo gestionas la logística, el precio de las mercancías – será un cambio increíble para la sociedad”.

La idea está siendo denominada “el quinto modo de transporte”. Las personas detrás de Hyperloop aseguran que en lugar de sustituir otros sistemas, los complementará, ayudando a unir ciudades cercanas, conectando aeropuertos como si de terminales se tratasen o moviendo mercancía desde el puerto para ser procesada en zonas del interior de manera más rápida para ahorrar costes.

La idea, lejos de quedarse en el papel, ya cuenta con un sitio de pruebas en Nebraska y ha logrado atraer más de 100 millones de dólares en inversiones. Y el atractivo no se limita a Estados Unidos: la empresa rusa de trenes Russian Railways ya ha mostrado interés para planear una ruta de transporte de mercancías que conecte San Petersburgo y Moscú.

Quizás el elemento más increíble de este proyecto es la velocidad a la que esta tecnología puede estar lista para su aplicación comercial. La organización bajo los mandos de Lloyd ya está llevando a cabo pruebas en el desierto de Nebraska, y afirma que tendrá listo una plataforma de pruebas a gran escala para 2017. “La gente cree que se tardaría una década en llevar a cabo una idea como esta “, declara Lloyd, “pero nosotros tendremos los primeros prototipos industriales – que transporten mercancía y personas – para 2020 y 2021″.

En gran medida, la velocidad en la que se está desarrollando esta idea es consecuencia directa de la aproximación a la solución de problemas de manera colaborativa, atrayendo talento y buscando maneras innovadoras de solventar dificultades y barreras. Además de contar con un gran equipo, el CEO de Hyperloop One presume también de las nuevas técnicas y tecnologías que desarrollan los ingenieros de la compañía: “Estamos encontrando maneras diferentes de hacer las cosas, de diseñar, construir y probar mucho más rápido de lo que nadie hubiera podido anticipar. El desarrollo lineal tenía sentido cuando los ingenieros trabajaban para mejorar tecnologías antiguas, pero ahora necesitamos movernos mucho más rápido, y aprender las lecciones de manera más ágil  que nunca antes”.

Este proyecto, que aún tiene que enfrentarse a numerosos retos antes de ver la luz, sirve no obstante como testimonio del enorme potencial que se encuentra en las nuevas formas colaborar y de afrontar los retos a través de formas radicalmente innovadoras de pensar.

Si te interesa leer más sobre Hyperloop, puedes informarte en este artículo de la revista INSIGHT de KPMG.