Compliance: una herramienta contra el comercio ilícito

El tráfico ilícito de bienes es otra de las modalidades delictivas que más pueden afectar a las organizaciones, especialmente a aquellas que utilizan grandes infraestructuras logísticas o que operan en geografías de riesgo. Por ello, el diseño de los modelos de Compliance no puede ser ajeno a esta problemática.

Una de las modalidades que más preocupa es el tráfico ilegal de armas de fuego, munición y explosivos. Y es que, aunque su comercio puede ser lícito en sectores como el de defensa o el cinegético, puede ser considerado como un acto delictivo, cuando estas armas son desviadas del mercado legal y empleadas en entornos delictivos.

Se trata entonces de una actividad ilegal muy ligada a delincuencia organizada, y estrechamente vinculada a otros delitos, como el tráfico de drogas o la trata de personas. Además, contribuye a la inestabilidad política, alimentando la insurgencia y los grupos terroristas, por lo que es uno de los ámbitos que más preocupa desde el punto de vista de la criminalidad empresarial.

Una de las características de este mercado es la larga durabilidad de las armas, que permiten que, aunque se hayan comercializado de forma lícita, puedan ser revendidas en múltiples ocasiones, circulando en los mercados ilegales durante muchos años.

Vinculado con lo anterior, las organizaciones plurilocalizadas deberían prestar atención a los riesgos para la seguridad física de sus miembros, infraestructuras y activos, incluyendo medidas, por ejemplo, de seguridad reforzada, comunicación constante con su organización y acceso fácil y seguro a recursos financieros y medios de pago.

Una herramienta que puede resultar de utilidad entonces para obtener información relevante sobre el nivel de riesgo son los índices e informes internacionales abordan estas cuestiones.

Uno de los más conocidos es el Estudio mundial sobre el Tráfico de Armas de Fuego de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNOC, por sus siglas en inglés). Se trata de un informe basado en el análisis de los decomisos de armas de fuego realizados en todo el mundo, señalando los países y el tipo de armas que se incautan con mayor frecuencia. Sobre estos datos, la UNOC analiza también los precios pagados por ellas en los mercados ilícitos y las formas en las que se lleva a cabo este tráfico, tanto dentro de los propios países como a través de las rutas transfronterizas más habituales.

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Por otro lado, el Índice global de crimen organizado, del que ya he hablado en anteriores ocasiones, también hace referencia a esta cuestión, indicando que se encuentra especialmente extendido en África, Asia y América. Sin embargo, este informe señala también el gran incremento que ha sufrido Europa por el conflicto en Ucrania.

En resumen, incluso cuando una organización pueda pensar que se encuentra muy alejada de sectores o jurisdicciones afectadas por esta problemática, desde el punto de vista de Compliance, se deberá prestar atención a otras cuestiones relacionadas, como por ejemplo los productos, tecnologías o servicios llamados de “doble uso”. Se trata de productos, software o tecnología, que puede destinarse tanto a usos civiles como militares. En estos casos, suele ser habitual que, para realizar transferencias o envíos a otros países, se requiera estar inscrito en un registro específico, como en España el Registro Especial de Operadores de Comercio Exterior (REOCE), así como obtener una licencia o autorización para ello.

En el noveno vídeo de esta serie sobre Compliance y criminalidad internacional, abordo algunos de índices e informes que tratan estas cuestiones, comentando su utilidad a efectos de gestionar las medidas de protección y diligencia debida en el marco de los modelos de Compliance.