Criterios ESG como palanca de competitividad y sostenibilidad empresarial

La estrategia empresarial debe tener en cuenta los impactos riesgos y oportunidades en materia ESG, al margen de la actual incertidumbre regulatoria. Así lo revela el último sondeo de ‘Pulso Empresarial’, realizado por KPMG y La Vanguardia.

La creciente presión de los grupos de interés —incluidos inversores, clientes y empleados— ha elevado los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) como elementos clave de la competitividad empresarial. A pesar de que los marcos regulatorios aún presentan incertidumbre en muchos países y sectores, esto no debe ser un impedimento para que las organizaciones incorporen consideraciones ESG en su estrategia.

Ignorar estos factores puede exponer a las compañías a riesgos significativos, como daños reputacionales, dificultades de acceso a financiación, pérdida de cuota de mercado o a tener problemas operativos. Por el contrario, anticiparse a los desafíos ESG puede generar ventajas competitivas respecto a la competencia, como una mayor resiliencia, innovación sostenible, atracción de talento y ser preferencia ante el consumidor.

En resumen, integrar los factores ESG en la estrategia corporativa no debe depender exclusivamente de la existencia de una regulación clara o uniforme. Las empresas que lideran en sostenibilidad no lo hacen por obligación, sino por convicción estratégica. Y así lo demuestran los datos del KPMG 2024 CEO Outlook, informe del que se desprende que los primeros ejecutivos españoles priorizaran en sus estrategias la ejecución de iniciativas ESG (que marca el 22% de los encuestados), la integración de la IA generativa (incluyendo la actualización y mejora de las capacidades y competencias de los empleados) junto con la adopción de medidas para hacer frente a posibles presiones inflacionarias e incrementos de costes (16% de los encuestados en ambos casos).

En este contexto, la transparencia en estas cuestiones es clave para ganar confianza ante los mercados y otros stakeholders relevantes, por lo que es necesario aprovechar el momento actual para reforzar los modelos de gestión en materia ambiental, social y de gobernanza y así estar preparados para informar en los próximos ejercicios conforme a los nuevos requerimientos mostrando su vinculación con la estrategia de negocio.

En un contexto de creciente avance normativo, las organizaciones deben aprovechar la coyuntura actual para reforzar sus modelos de gestión ESG, no solo como respuesta al cumplimiento normativo, sino como una muestra tangible de compromiso estratégico y responsabilidad empresarial.

De este modo, fortalecer la gobernanza ESG y su integración transversal en la organización no solo permitirá cumplir con los nuevos estándares de divulgación, sino que contribuirá activamente a una narrativa empresarial coherente, robusta y alineada con las expectativas del mercado y la sociedad.

Otras iniciativas en materia de reporting ESG a nivel global siguen avanzando, y los diferentes agentes clave en el mercado están trabajando para conseguir la interoperabilidad entre los diferentes estándares de reporting (normas europeas e internacionales).

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En conclusión, invertir en sistemas de gobernanza, métricas robustas y procesos de reporte alineados con los principios de transparencia no solo facilitará el cumplimiento futuro, sino que fortalecerá la confianza de los grupos de interés clave y posicionará a la empresa como un referente en sostenibilidad corporativa.

La oportunidad actual radica en reforzar los modelos de gestión ESG y avanzar hacia una integración efectiva de estos criterios en la estrategia de negocio, mostrando de forma clara su impacto, materialidad y contribución al valor a largo plazo.